Alsacia concentra múltiples lugares interesantes para el visitante. Con una gran variedad de paisajes y un patrimonio que te sorprenderá, es un destino que invita a hacer un road trip por sus coquetos pueblos. A continuación te sugerimos algunas paradas que incluir en tu ruta.
La región de Alsacia se encuentra al nordeste de Francia, tocando la frontera con Alemania. Debido a su situación geográfica, a lo largo de la historia ha sido territorio de pugnas entre ambos países, a la vez que ha bebido de ambas culturas reflejándolo en su arquitectura y gastronomía. Famosa por su vino, casas con entramados de madera y castillos de cuentos de hadas, Alsacia es hoy en día una región próspera que actúa de puente entre el norte y el sur de Europa. Lo confirman las instituciones europeas que acoge Estrasburgo, capital de la región.
1. Estrasburgo
Pese a ser la capital de Alsacia y albergar el Parlamento y el Consejo Europeo, Estrasburgo aún conserva una buena dosis de encanto medieval. De hecho, su centro histórico, denominado Grande Île, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988, con lugares imperdibles como la catedral gótica, el puente Barrage Vauban, la Petite France y el conjunto Les Ponts Couverts. Paseando por Estrasburgo, que tiene una de las universidades más grandes de Francia, experimentarás la verdadera mezcla francogermana a través de su variada oferta cultural.
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2. Colmar
Colmar, la capital alsaciana del vino, derrocha la magia de la vieja Europa, no en vano siempre ocupa un lugar en las listas de pueblos más bonitos del Viejo Continente. Destaca especialmente por la diversidad de su legado, con coloridas casas tradicionales de entramado de madera y edificios góticos de gran belleza. Después de deambular por su casco antiguo, da un paseo en barco por los canales del pintoresco distrito de la Petite Venise para acabar la jornada con una nota romántica.
3. Mulhouse
Ubicado al sur de Alsacia, a tocar de la frontera suiza y alemana, Mulhouse significa casas de molino y presume de ser la capital creativa de Alsacia, pues su pasado industrial evolucionó hasta convertirse en el gran centro artístico y mezcla de culturas que es hoy en día. Los museos de ámbito técnico y las fábricas del sector textil de la ciudad se combinan con un precioso Jardín Zoológico y Botánico, el colorido mercado y el Ecomuseo de Alsacia, donde aprender más acerca de las tradiciones alsacianas.
4. Eguisheim
Eguisheim forma parte de la Ruta del Vino y también suele figurar en las listas de pueblos más bonitos de Francia, pues es un lugar mágico. Con casas de entramado con balcones de madera adornados con flores, callejuelas adoquinadas y un castillo de cuento en la plaza central del casco antiguo, Eguisheim te cautivará. No te pierdas la Rue du Rempart, una de sus calles más emblemáticas. Si tienes ganas de visitar más castillos, en los alrededores del pueblo encontrarás algunos más, como el de Hohlandsbourgh y las torres de Pflixbourg.
5. Castillo de Haut-Koenigsbourg
Este impresionante château del siglo XII está situado en Orschwiller, a una altura de 750 metros, y en la actualidad es uno de los monumentos más visitados de Francia. Con un emplazamiento estratégico, su función era vigilar la Ruta del Vino, la del trigo, la de la plata y la de la sal. Aunque ha sido reconstruido varias veces, el castillo de Haut-Koenigsbourg preserva el diseño original, con doble recinto, bastiones, patio y torreón. Su interior es espectacular, con mobiliario renacentista y pinturas murales. Además, en el sótano se pueden encontrar diferentes armas originales usadas en la Edad Media.
6. Turckheim
Turckheim es otra pequeña joya por descubrir en Alsacia. Es uno de los pueblos menos conocidos de la Ruta del Vino, y precisamente por eso deberías visitarlo: gozarás de la tranquilidad de sus coquetas calles y de la autenticidad de un pueblo alsaciano de verdad. Son especialmente interesantes sus murallas medievales, que incluyen la Puerta de Francia, la de Munster y la de Brand. Acércate también a la Place Turenne, donde encontrarás edificios como el ayuntamiento, la iglesia de Sante Anne… Asimismo, desde Turckheim se pueden tomar varios senderos de la cordillera de los Vosgos.
7. Ribeauvillé
Si haces la ruta del Vino una de tus paradas será Ribeauvillé, una ciudad que pasó por manos alemanas y austríacas para finalmente quedarse en territorio francés. Este pequeño pueblo es conocido por su tradición como centro de comercio y producción de vino blanco. Un paseo por la ciudad te brindará la oportunidad de contemplar restos medievales y de admirar un rico patrimonio arquitectónico, como la Torre de los Bouchers y la Casa de los Ménétriers.
8. Riquewihr
Dicen de Riquewihr que es el pueblo más bonito de la Ruta del Vino alsaciana. Nada más entrar te vas a dar cuenta de que, ciertamente, es un pueblo de postal, otro escenario encantador típico de esta región francesa donde no faltan las calles adoquinadas, las casas de madera, las terrazas, las flores y los viñedos, de los que se obtienen excelentes vinos que envejecen en las numerosas bodegas que hay esparcidas por Riquewihr. Si el apodo de este pueblo es la perla de los viñedos, ¡será por algo!