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5 lugares increíbles que descubrir en China

5 lugares increíbles que descubrir en China

Exploremos juntos 5 lugares increíbles de China alejados de las rutas turísticas para descubrir cosas inesperadas y maravillosas de este gran país.

China es un país enorme con innumerables bellezas naturales, ciudades históricas y lugares marcados por tradiciones milenarias que merecen una visita. Para celebrar el Año Nuevo chino, que inaugurará el año de la rata, vamos a descubrir juntos cinco lugares (aunque la lista podría ser mucho más larga) menos turísticos que quizá no conozcas. Descubre con nosotros una China fantástica e inesperada.

1. La Gran Muralla, sección de Simatai

La sección de la Gran Muralla China que más visitan los turistas es Badaling, una zona de fácil acceso desde Pekín, por eso suele estar abarrotada. Para poder disfrutar de una sección de la Muralla más tranquila lo mejor es dirigirse hacia Gubeishuizhen, concretamente a Simatai, en la ciudad de Gubei. Se trata de una ciudad sobre el agua (se puede reservar una noche en un alojamiento local allí mismo) desde la que se puede acceder a la Muralla en la sección de Simatai, una de las pocas partes originales del periodo de la dinastía Qi (años 550-575 d.C.) que se restauró por última vez entre los años 1528 y 1588 bajo el mando del general Qi Jiguang.

El tramo de Simatai está dividido en dos partes. La zona este tiene 8 torres y la zona oeste tiene 23. Es la única parte accesible, también para visitas nocturnas, y tiene 5 kilómetros de largo con una altitud que varía entre los 300 y los 990 metros, lo que permite disfrutar de un panorama espectacular.

Las montañas del este son las más empinadas y agotadoras: aquí están la “escalera celestial”, un tramo de medio metro de ancho con una pendiente de nada menos que 45 grados, y el “puente del cielo”, con 100 metros de largo y 40 centímetros de ancho. Solo los más experimentados se atreven a afrontar las dos horas y media de recorrido.
En las visitas nocturnas solo se puede acceder a la Muralla en el teleférico, por razones obvias, y la visita incluye una caminata de unas dos horas.

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2. Fujian Tulou

Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, los tulou (palabra que en chino significa “edificio de tierra”) tienen varios siglos de antigüedad y se encuentran en los pueblos del sur de China, en las regiones de Jangxi, Guandong y Fujian. Solo en esta última región se pueden ver 46. Los hay rectangulares, circulares, con forma de media luna… Tienen aspecto de fortalezas, pero lo cierto es que son las viviendas características del pueblo hakka. Cada una tiene un nombre distinto que permite saber a qué familia perteneció. Solo tienen una entrada de piedra que lleva a una zona a cielo abierto donde hay un pozo, similar a la estructura de las casas de los hutong de Pekín, con un patio interno con pozo. En la planta baja suele estar la cocina y la zona de recepción de invitados, mientras que en la primera planta está la zona de despensa y almacenaje y, en la segunda, las habitaciones.

Algunas de estas viviendas podían alojar hasta a 800 personas pertenecientes a la misma comunidad familiar. Uno de los tulou mejor conservados en la ciudad de Hong Kong ha sido transformado en un hostal.

3. Cuevas de Mogao

También se conocen como las cuevas de los mil Budas y están cerca de Dunhuang, en la región de Guansu, no muy lejos de la frontera con Mongolia.

Estas cuevas, Patrimonio de la Humanidad, se excavaron a partir del año 360 d.C. y se siguieron ampliando durante mil años por distintas dinastías, hasta que en el periodo Ming se abandonó el proyecto. El número de visitantes que puede acceder a las cuevas es limitado para preservar los frescos originales y las estatuas, alrededor de 2000, casi todas en un estado de conservación perfecto. Las paredes y los techos tienen frescos con imágenes de Buda, un culto que, pese a tener su origen en India, llegó a China gracias a la Ruta de la Seda.

4. Desierto de Taklamakán

Se encuentra en la China occidental, la más salvaje y menos poblada, con una enorme cuenca geológica al oeste del desierto de Gobi. Aunque es prácticamente inaccesible (la única que lo ha conseguido atravesar de norte a sur es la documentalista italiana Carla Perotti, que lo hizo en 1998), saliendo de la capital de la provincia, Urumqi, es posible llegar a la zona oriental y al Lop Nor, una antigua zona de lagos con cristales de sal incrustados donde viven ejemplares poco comunes de camellos bactrianos.

5. Islas Paracelso

Podemos definirlas como las Maldivas chinas. Están en el mar de la China Meridional, tienen un clima tropical (lamentablemente, propensas a sufrir tifones) y están prácticamente deshabitadas, a excepción de alguna de las islas en las que se puede encontrar algún pescador. Tienen un precioso arrecife de coral y están en la antigua Ruta de la Seda marítima, por eso en el fondo de sus aguas hay numerosos restos de naves antiguas. Con sus arenas blancas, están empezando a atraer a turistas chinos y ya hay pequeños cruceros entre las islas. Solo se pueden visitar de día y el acceso a los turistas occidentales está muy limitado por la cercanía de algunos puestos militares.

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