A pesar de su pequeño tamaño, Siena ofrece al viajero muchísimo que hacer.
Es famosa por el Palio, una carrera histórica de caballos que se celebra en julio y agosto, pero es perfecta para una escapada de fin de semana en cualquier época del año. Dicho esto, la primavera es la mejor estación para las rutas por el campo en bicicleta y el otoño es buena época para otro tipo de actividades, además de ver las callejuelas medievales de Siena con la niebla y los colores otoñales.
Descubre con nosotros cinco cosas (y otra de regalo) que hacer en Siena durante un fin de semana.
1. Visitar la catedral
Empecemos por lo importante: la catedral de Siena, de origen medieval. Desde fuera impresiona el diseño de su fachada principal, de mármol blanco, verde y toques rojos, así como su cúpula y el campanario, de 77 metros de altura.
La catedral (duomo) de Siena es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románico-gótica italiana y dicen que el gran compositor Richard Wagner se emocionó al verla por primera vez.
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2. Ver la plaza del Campo
La piazza más emblemática de la ciudad es el lugar de celebración del Palio y, desde 1995, es también patrimonio de la humanidad. Se caracteriza por la armonía arquitectónica, especialmente por la disposición de los ladrillos del pavimento (se aprecia bien desde las alturas, ya sea desde el Palazzo Pubblico o la Torre del Mangia). Camina por la plaza imaginando el ambiente que se vive durante el Palio y aprovecha para visitar el Palazzo Pubblico, que alberga un bonito museo donde puedes ver frescos como Guidoriccio da Fogliano, de Simone Martini, y Alegoría del Buen y del Mal Gobierno, de Ambrogio Lorenzetti.
3. Pasear por el centro histórico
Que ya hayamos mencionado dos de los lugares de interés más importantes de Siena no significa que no haya más que ver en el centro histórico. Hay muchos museos donde puedes aprender sobre la historia de Siena, como la Pinacoteca Nazionale y el Museo di Santa Maria La Scala. También puedes caminar sin rumbo aparente por las callejuelas del centro y comprar algún bonito recuerdo en alguna de sus tiendas históricas. Una parada imprescindible es la Antica Drogheria Manganelli (via di Città, 71), toda una institución en Siena y el sitio perfecto para probar el dulce típico panforte senese. Si quieres, puedes comprar la mezcla de ingredientes para intentar prepararlo luego en casa.
4. Probar los productos típicos
Y ya que hemos empezado a hablar de comida… sigamos. La tradición gastronómica de Siena (al igual que la del resto de Toscana) incluye algunos de los mejores platos de la gastronomía italiana, pero, aunque ricos, los platos no suelen ser ligeros precisamente. En otoño e invierno es la mejor época para probar los pici (pasta típicia) con los acompañamientos más variados, la cinta (cerdo de la zona) la ribollita (guiso contundente), trippa y lampredotto (tripa y estómago de vaca) y el cinghiale alla cacciatora (jabalí a la cazadora).
Estas estaciones son también un buen momento para probar el buen vino tinto de las colinas de Siena. Puede que en invierno no puedas recorrerlas en bici o a caballo, pero sí quizá en un coche de época, que también tiene su encanto.
5. Pasar un día en un spa
Después de un largo día de andar y hacer turismo cultural, es buena idea tomarse el día siguiente de relax. ¿Se te ocurre algo mejor que relajarte en aguas termales disfrutando de increíbles vistas a las colinas de Siena, cuando fuera hace ya frío? A nosotros no.
Sugerencia adicional
Si dispones de algún día extra, quizá porque aprovechas un puente o has decidido tomarte el viernes o el lunes libre, Siena es un buen punto de partida para explorar otras ciudades toscanas, como Cortona o San Gimignano (si te gustan las ciudades pequeñas con encanto) o como Florencia y Pisa, que, aunque tienen muchísimo que hacer, un día será suficiente para ver lo más importante.