A continuación te descubrimos algunas pequeñas joyas medievales del noreste de Catalunya: Besalú, Monells, Peratallada, Pals, Castellfollit de la Roca, Beget, Peralada y Madremanya. ¡Son 8 de los pueblos más bonitos de Girona!
La provincia de Girona está repleta de rincones mágicos, desde encantadores pueblos de pescadores en nuestra querida Costa Brava a tranquilos pueblitos pirenaicos donde aislarse de todo y respirar aire puro, sin olvidar Girona capital y sus fabulosos escenarios de Juego de tronos. Y aún hay más: hoy nos ocupamos de hacer una selección de pueblos medievales de Girona que te encantarán. La mayoría de ellos se encuentran en enclaves de lujo de las comarcas del Empordà y la Garrotxa, cuentan con siglos de historia y brindan estampas preciosas que no te puedes perder.
1. Besalú
Teníamos claro que Besalú iba a encabezar nuestra lista de los mejores pueblos medievales de Girona. De hecho, hemos mencionado este pueblo de la comarca de la Garrotxa en otras ocasiones, pues siempre se hace un hueco en los rankings de destinos por contar con uno de los puentes medievales más increíbles que puedas visitar. El llamado puente Viejo se alzó sobre el río Fluvià a su paso por Besalú entre los siglos XI y XII, y últimamente ha servido de telón de fondo para un buen puñado de proyectos cinematográficos inspirados en la época medieval. También son de interés la antigua judería, la iglesia de Sant Vicenç y el monasterio de Sant Pere.
2. Monells
Hablando de proyectos cinematográficos, la pequeña localidad de Monells se ganó un merecido lugar en el mapa gracias a haber sido la localización donde se rodó la película Ocho apellidos catalanes. Decimos que fue merecido porque hasta entonces su encantadora plaza Major, con sus característicos arcos, la plaza del Oli, la calle del Arcs y el pueblo entero habían sido una joya escondida en el Baix Empordà que muchos han tenido la oportunidad de descubrir a raíz de la divertida película de Emilio Martínez-Lázaro.
3. Peratallada
La hiedra y las buganvillas ponen el broche de oro a un pueblo medieval de postal: Peratallada, nombre que proviene de “piedra cortada” y que no en vano bautiza esta hermosa localidad ubicada en una antigua cantera que data de la época romana. Peratallada destaca por su arquitectura rural y sus construcciones de arenisca: el castillo fortificado, las murallas, el palacio y la iglesia de San Esteban son buena muestra de ello. Una vez hayas visitado estos monumentos, acaba tu paseo en la plaza de las Voltes y empápate de la autenticidad que aún conserva esta localidad catalana de apenas 400 habitantes.
4. Pals
A tan solo 10 km de Peratallada, y en una ubicación inmejorable de la Costa Brava, Pals se hace con el título de uno los pueblos más pintorescos de la provincia de Girona y de Catalunya entera. Su villa medieval, en perfecto estado de conservación, cuenta con murallas que datan del siglo XII, además de poseer una variedad de edificios de distintos estilos que otorgan a Pals un carácter realmente singular. Por descontado, ¡aquí también abundan los arcos, la arenisca y las flores!
5. Castellfollit de la Roca
Volvemos a la comarca de la Garrotxa para visitar un pueblo espectacular donde los haya: Castellfollit de la Roca. Destaca por estar colgado de una roca de basalto a 50 metros de altura, con las casas asomándose al precipicio, por lo que desde lo lejos la estampa es verdaderamente impactante. El pequeño pueblo de Castellfollit ofrece un entramado de callejuelas que desembocan en la iglesia de San Salvador, que a un extremo protagoniza la silueta del riscal y donde encontrarás un mirador cuyas vistas no olvidarás.
6. Beget
La villa medieval de Beget es un pequeño núcleo de la Vall de Camprodon, en la comarca del Ripollès, formado por un encantador conjunto de casas de piedra que se distribuyen a ambos lados del río, cruzado por dos hermosos puentes medievales. Junto con la iglesia románica de San Cristóbal (del siglo XII), que incorpora un campanario de cuatro pisos, la imagen que brinda Beget parece sacada de un belén.
7. Peralada
Al norte de Figueres encontramos una localidad famosa por el golf, el cava y un castillo que es la joya de la corona del pueblo: hablamos de Peralada. El famoso castillo, convertido es casino y completado por unos bellos jardines y un museo, es también sede de uno de los festivales de música veraniegos más conocidos de la Costa Brava: el Festival Internacional de Música de Peralada. Asimismo, merece la pena visitar el convento de Sant Domènech, con un magnífico claustro románico del siglo XIII en el que destaca la decoración de los capiteles.
8. Madremanya
En la comarca del Gironès, y a 5 km del citado Monells, descubrimos un pueblo medieval de estos que tienen todo lo necesario para una escapada rural de fin de semana: encanto y paz a partes iguales. Con restos de murallas, estrechas calles empedradas y la iglesia de Sant Esteve formando su núcleo antiguo, Madremanya pondrá el telón de fondo perfecto a una experiencia de conexión con la naturaleza, ya que a parte de gozar de tranquilidad, se encuentra a los pies de la sierra de las Gavarres, con multitud de rutas de senderismo al alcance.