Mundialmente famoso por sus bailarinas con cancán, el Moulin Rouge de París nunca deja de sorprender. He aquí cinco cosas que quizás no sabías sobre el mejor cabaret del mundo.
El Moulin Rouge es toda una institución en Francia. Este emblema, no solo de París, sino también de todo el periodo de la Belle Époque, fue inmortalizado por el célebre pintor Toulouse-Lautrec. Casi 130 años después de su apertura (en 1889), el Moulin Rouge no ha perdido su atractivo, gracias, en parte, a la película homónima dirigida por Baz Luhrmann en el 2001. Echa un vistazo a algunos de los secretos del mejor cabaret del mundo.
1. ¿Por qué Moulin Rouge significa ‘molino rojo’?
Montmartre, antiguamente un pequeño pueblo al este de París, era un auténtico santuario de artistas. Lejos de la contaminación y el caos de la ciudad, este pacífico paraíso lleno de viñedos albergaba muchos molinos de viento, incluido, cómo no, el famoso Moulin Rouge… ¡que todavía no era rojo ni cabaret! Pensando en los gustos de la burguesía, los adinerados emprendedores Joseph Oller y Charles Zidler compraron y fundaron el Moulin Rouge en 1889. Así, no hubo persona con cierto estatus que no se apresurara a bailar cancán. Los dos fundadores, que enseguida se hicieron conocidos, decidieron pintarlo de rojo, no solo como un símbolo de amor apasionado, sino también porque era un color visible desde lejos. Convertido en el primer establecimiento con iluminación de París, sus luces hicieron aún más llamativo ese color, atrayendo clientes en busca de diversión y frivolidad.
2. El champán fluye libremente ahí
El champán es efervescente y festivo, igual que el Moulin Rouge, por lo que es lógico que esta burbujeante bebida sea la oficial del cabaret. Es más, el Moulin Rouge es el mayor consumidor de champán del mundo. Cada año, aproximadamente 600.000 visitantes asisten a los dos espectáculos diarios, y cada uno de ellos bebe un vaso. Pero hay más que champán en el Moulin Rouge: actuaciones deslumbrantes y una historia excepcional. Su porcentaje de asistencia del 97% se debe a los enormes esfuerzos que efectúan los 450 empleados, empeñados en que la calidad se mantenga irreprochable. El restaurante Moulin Rouge refleja el estilo de vida francés y se considera uno de los mejores restaurantes de París. Y, para colmo, cada pedido incluye siempre media botella de champán.
3. La tradición de la ‘F’
El Moulin Rouge ha funcionado como cabaret, club, sala de conciertos, teatro, café concierto, cine (en 1935 era el más grande de Europa) e, incluso en ciertos momentos, como plató de televisión. Pero su reputación mundial y notorio reconocimiento provienen de los emblemáticos espectáculos musicales. Formidable, el espectáculo del centenario, se extendió desde 1989 hasta 1999, antes de dejar hueco a Féérie, la producción actual. Cada noche, 60 deslumbrantes ‘Doriss Girls’, rodeadas por un grupo de 80 artistas, suben al escenario vestidas con trajes de 1.000 plumas, lentejuelas y diamantes de imitación. Después del primer espectáculo de cancán, dirigido por Doris Haug y Ruggero Angeletti, los nombres de los siguientes shows empezarían por ‘F’ (como Frou-Frou, Frisson, Fantastic and Femmes, femmes, femmes), una tradición que llega hasta nuestros días.
4. El cancán francés: ¿un símbolo de frivolidad o una herramienta para empoderar a las mujeres?
Todo el mundo conoce el cancán francés, gracias, en cierto modo, a los retratos que hizo Toulouse-Lautrec de La Goulue, una bailarina que se convirtió en icono del Moulin Rouge. Esta forma de baile breve y enérgico es representada por una fila de mujeres que levantan sus faldas con volantes a un ritmo frenético, mostrando su ropa interior. Aunque, con frecuencia, se percibía como un baile para los inmorales y creado únicamente para el placer de los hombres, el cancán francés era, en realidad, una herramienta para el empoderamiento de la mujer: mujeres bailando sin la compañía ni guía de los hombres. Símbolo de libertad para las mujeres y la población parisina durante el proceso de emancipación, el cancán permitió que las mujeres y los parisinos de clase baja se volvieran, literal y económicamente, independientes. Las bailarinas se burlaban de la multitud e, incluso, ponían nombre a cada uno de sus movimientos seductores. ‘La patada en el culo’ de La Goulue era una forma de burla; ‘la catedral’ se creó para provocar a los clérigos; y ‘el saludo militar’ o ‘ametralladora’, para provocar a los soldados.
5. Escándalo en el Moulin Rouge
¿Sabías que la famosa escritora francesa Colette actuó en el Moulin Rouge a principios del siglo XX? La novelista también actuó como mimo e, incluso, desencadenó un gran escándalo. En 1907 protagonizó Rêve d’Égypte junto a la marquesa de Belbeuf, también conocida como ‘Missy’. Al final del espectáculo, las dos mujeres se dieron un beso apasionado, lo que desató un gran revuelo en el público. La actuación fue inmediatamente cancelada, pero Colette, dueña de un espíritu fiero, regresó a los escenarios unos meses más tarde para participar en el drama mímico La Chair, durante el cual se atrevió a mostrar su pecho en un acto de liberación corporal y moral. Su trayectoria en el mundo del espectáculo fue una fuente de inspiración y no dañó en absoluto su carrera como novelista. Basta con mencionar ejemplos como La Vagabonde, L’Envers du music-hall y En tournée.