Descubre 15 fantásticos castillos en el Valle del Loira que deberías incluir sí o sí en tu itinerario de viaje.
Fácilmente accesible desde París, el Valle del Loira es mundialmente famoso por su excepcional patrimonio artístico, histórico y paisajístico. A menudo apodado como el «jardín de Francia», esta zona fue el destino de vacaciones preferido de los reyes franceses durante el Renacimiento. Hoy en día, el Valle del Loira, que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco desde el año 2000, es conocido por sus vinos, sus pueblos pintorescos, su atmósfera romántica y, sobre todo, por sus magníficos castillos. En el valle y sus alrededores se pueden visitar cerca de 150 castillos, por lo que verlos todos durante un solo viaje es prácticamente misión imposible. Por eso, es muy importante que hagas una buena selección antes de aventurarte a explorar esta famosa región francesa.
Sigue leyendo para descubrir 15 de los castillos más bellos y fascinantes del Loira:
1. Castillo de Chambord
El Castillo de Chambord es, muy probablemente, el más conocido de la región. Y lo es por una buena razón. Además de ser el más grande, el castillo se encuentra en el parque forestal cerrado más amplio de Europa. De hecho, el parque del castillo ocupa una extensión de aproximadamente 5440 hectáreas, y fue el rey Francisco I quien ordenó su construcción como coto de caza. Emblema del Renacimiento francés y símbolo de la estética majestuosa que Francisco I de Francia anhelaba, Chambord cuenta con diversos guiños a la Edad Media, como la famosa torre central, y la suntuosa escalera de doble hélice, dividida en dos secciones que giran una alrededor de la otra sin encontrarse.
Sumérgete de lleno en el Renacimiento durante tu visita al Castillo de Chambord, participa en un tour guiado para conocer a fondo la historia del lugar y maravíllate con su belleza y majestuosidad arquitectónica. Además, también podrás realizar diversas actividades, ya que en la propiedad se realizan exhibiciones de caballos, espectáculos ecuestres y de aves rapaces, y se pueden alquilar bicicletas o dar paseos en barco.
2. Castillo de Chenonceau
En el Castillo de Chenonceau, conocido también como el «castillo de las Damas», cada detalle es una oda a la elegancia femenina. Todo el castillo exhibe la dulzura, la fuerza, el gusto y la estética refinada de las mujeres excepcionales que lo habitaron, custodiaron y protegieron. Construido sobre un puente en el río Cher, los arcos de esta joya renacentista se reflejan en el agua, adoptando una redondez perfecta y simbolizando la sensualidad y maternidad. A partir de un castillo medieval del que solo se conservan los restos de la torre Tour des Marques, las ilustres mujeres que posteriormente lo ocuparon, lo transformaron poco a poco en un sublime castillo renacentista. A Diana de Poitiers, duquesa de Valentinois y amante de Enrique II, le debemos los principales elementos arquitectónicos, como el puente sobre el río y los hermosos jardines. Tras la muerte de Enrique II, su viuda (Catalina de Médicis) expulsó a la duquesa y eligió el castillo como su residencia predilecta.
Además de las suntuosas estancias, los jardines son otro de los puntos fuertes de Chenonceau. Durante tu visita, disfruta de un paseo por el Jardín de Diana de Poitiers, el Jardín de Catalina de Médici, el Jardín Vert o la Orangerie, y observa como los perfumes y colores se complementan a la perfección. Piérdete en el encantador laberinto botánico e imagina cómo hubiera sido caminar por ahí durante el Renacimiento.
3. Castillo de Clos Lucé
Si deseas sumergirte totalmente en el Renacimiento, no te pierdas el Castillo de Clos Lucé, situado en el departamento de Indre y Loria. El último hogar de Leonardo da Vinci es un verdadero remanso de paz. El castillo en sí es menos conocido que el de Chambord o Chenonceau, pero es uno de los más fascinantes de la zona, ya que acoge un montón de tesoros que dan fe del talento de Leonardo. A primera vista, puede parecer más una residencia noble que un castillo. Se caracteriza por sus ladrillos rosados y piedras de toba, materiales que le dan un toque único y encantador, y que lo diferencia de otros castillos de la región.
Caminando por el jardín entre pinos, lirios y rocas, comprenderás cómo Leonardo se inspiró en la naturaleza para desarrollar sus técnicas artísticas e inventos científicos. Continúa andando hasta el parque, donde podrás contemplar e incluso probar algunos de sus inventos científicos. Gracias a este componente interactivo, los niños se lo pasarán genial aquí, por lo que es una visita muy recomendable para disfrutar en familia.
4. Castillo Real de Amboise
Entre los castillos más fascinantes del valle, cabe destacar el castillo de Amboise, un conjunto monumental cuyas torres y terrazas crean un perfil inmediatamente reconocible. De origen medieval, Carlos VIII realizó importantes modificaciones de marcado carácter renacentista, y el castillo se convirtió así en una residencia importante para los reyes de Francia. Aquí, el rey Francisco I invitó a Leonardo da Vinci, y parece ser que el castillo estaba conectado con Clos Lucé, la última residencia del artista italiano, a través de un pasaje subterráneo.
Una de sus principales atracciones es, sin duda alguna, la capilla de Saint-Hubert, decorada por artistas flamencos en estilo gótico. En ella se encuentra la tumba de Leonardo da Vinci. También llaman la atención las macizas torres (Torre de Minimes y Torre Heurtault) que custodian los lados norte y oeste del castillo.
5. Castillo de Blois
En el departamento de Loir-et-Cher se encuentra uno de los castillos más famosos del Valle del Loira. Se trata del castillo de Blois, el primer conjunto monumental que verás si vienes desde París. Se dice que Juana de Arco fue bendecida aquí antes de partir para la batalla de Orleans. Blois, residencia de varios soberanos franceses, destaca por la mezcla de diferentes estilos, desde el medieval hasta el clasicista. Por eso, durante tu visita al castillo podrás contemplar la evolución de la historia de la arquitectura en un solo lugar.
Los apartamentos reales y el impresionante Museo de Bellas Artes no son las únicas sorpresas que depara el castillo. Blois también es famoso por los espectáculos de luz y sonido que engalanan la espectacular fachada con relatos históricos y anécdotas de sus ilustres inquilinos.
6. Castillo de Villandry
En este hermoso castillo construido entre los siglos XVI y XVIII, el verdadero protagonista es el jardín. Se trata de uno de los jardines más cuidados y pintorescos de todo el Loira. Está dividido en seis secciones diferentes y tres terrazas, en una de las cuáles se encuentra el huerto. El juego geométrico de los setos y el diseño de las plantas de los jardines de Villandry en forma de corazones, mariposas y otros símbolos relacionados con el amor, crean un dulce laberinto que parece sacado de un cuento. A principios del siglo XX, los jardines fueron restaurados por su último propietario, Joachim Carvallo, un médico español que consiguió introducir elementos innovadores y contemporáneos manteniendo el estilo clásico y renacentista. Sin duda, una visita obligada si viajes con tu otra mitad.
7. Castillo de Chaumont-sur-Loire
Este castillo, digno del mejor cuento de hadas, tiene una larga historia, ya que las primeras construcciones se remontan al año 1000, cuando cumplía una función defensiva. Fue arrasado por Luis XI, quien estaba enfrentado con sus propietarios, y reconstruido nuevamente en 1500 siguiendo el gusto ornamental típico del Renacimiento. Años después, Catalina de Médicis lo compró. ¿Recuerdas a Diana de Poitiers, desterrada por Catalina de Médicis del castillo de Chenonceau tras la muerte del marido? A cambio del castillo más codiciado, la duquesa adquirió Chaumont, de menor tamaño pero igualmente encantador.
Durante las visitas al castillo Chaumont podrás recorrer las estancias de los personajes que han escrito su historia, conocer las excentricidades de sus propietarios y un montón de curiosidades interesantes. No te pierdas el parque, que, a pesar de haber sido construido en el siglo XIX, tiene un carácter bien definido, con trazados escenográficos y curiosas excentricidades que en su día quiso la princesa Broglie.
8. Castillo de Valençay
Descrito por la escritora George Sand como uno de los «lugares más bellos de la tierra y ningún rey tiene un parque más pintoresco», el Castillo de Valençay es una auténtica maravilla y no debería faltar en tu itinerario. Reconstruido en el siglo XVI, al igual que otros castillos de la región, el complejo es conocido por su enorme tamaño y por haber sido el hogar del príncipe de Talleyrand. Con 25 apartamentos y casi 100 habitaciones, el interior del castillo está decorado suntuosamente con muebles de estilo imperio que te dejarán con la boca abierta. El parque y sus varios jardines también son muy bonitos, e incluyen un parque de gamos y uno de los laberintos más grandes del país. Aquí, ¡la diversión está garantizada!
9. Castillo de Langeais
En el complejo de Langeais conviven dos almas y dos estructuras diferentes: el castillo de Luis XI, que mezcla estilos feudales y renacentistas, y la Torre Foulques Nerra. Para los amantes de las reconstrucciones históricas, esta es la atracción ideal. En primer lugar, es una de las pocas fortalezas que aún conservan su acceso original a través de un puente levadizo, que se sube y se baja al abrir y cerrar el castillo. Además, el castillo es famoso por haber acogido un acontecimiento que marcaría profundamente la historia de Francia: la boda entre Carlos VIII y Ana de Bretaña. Para revivir este importante hito histórico, en el interior del castillo varios personajes de cera escenifican la ceremonia del casamiento.
10. Castillo de Azay-le-Rideau
Entre los castillos más bellos del Loira, es imposible no mencionar el de Azay-le-Rideau, un elegante complejo que parece flotar sobre las aguas del río Indre. De origen feudal, el castillo fue reconstruido a principios del siglo XVI siguiendo la moda de la época, incluyendo decoraciones y elementos típicos del Renacimiento italiano. La fachada que se refleja en el agua, el magnífico arco a la entrada y el parque que se extiende a sus espaldas son solo algunos de los elementos que te enamorarán.
Y si el exterior es espectacular, el interior, renovado cuidadosamente con todo lujo de detalles por la familia Biencourt, tampoco es para menos. El salón Biencourt es una de las salas más sorprendentes, con nada más y nada menos que 80 muebles únicos y meticulosamente restaurados.
11. Castillo de Chinon
Este complejo monumental y majestuoso, está situado en lo alto de una colina, con el río Vienne y el pueblo medieval a sus pies. El castillo de Chinon, con su característico tejado de pizarra negra, ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más fascinantes de la historia de Francia. Por ejemplo, aquí tuvo lugar el primer encuentro entre Juana de Arco y el rey Carlos VII, y sus prisiones albergaron a los últimos miembros de la Orden de los Templarios. La fortaleza es tan majestuosa que, en realidad, está dividida en tres secciones distintas: el Fuerte Saint-Georges, el Castillo de Milieu y el Fuerte de Coudray.
Las visitas a Chinon son un auténtico viaje al pasado: las tabletas, los decorados interactivos, los vídeos y exposiciones multimedia te permitirán profundizar en la historia de forma divertida y amena. Y si te gustan los retos, anímate a participar en un Escape Game único en su género.
12. Ciudadela Real de Loches
En la pequeña ciudad de Loches, cruzar la Porte Royale, es como viajar a otra dimensión, donde el tiempo parece haberse detenido hace 1000 años. La parte alta del pueblo de Loches es de estilo medieval y se encuentra en excelente estado de conservación. Por esta imponente Ciudadela Real de arquitectura militar han pasado soldados valientes, damas refinadas, estrategas políticos, instituciones religiosas y artistas excepcionales. Al conde de Anjou, Foulques Nerra, le debemos la fundación y construcción de la primera torre, pero la ciudadela siguió ampliándose con el paso de los años hasta adquirir su aspecto actual.
Entre las atracciones imprescindibles, te recomendamos la Colegiata de Saint-Ours, el Castillo de Loches y la Torre de Foulques Nerra, la más antigua de todo el conjunto.
13. Castillo de Cheverny
Cheverny fue uno de los primeros castillos de la región en abrirse al público, y desde 1914 hasta la actualidad está considerado uno de los mayores atractivos del Valle del Loira, gracias a su historia y a su extraordinaria belleza. Famoso por el valor artístico de la zona interior, ricamente decorada y con un mobiliario muy bien conservado, Cheverny también alberga una exposición permanente dedicada al cómic de Tintín.
La mansión siempre ha estado habitada y cada inquilino ha dejado su huella en el complejo, enriqueciéndolo inmensamente a lo largo de los siglos. No te pierdas el parque de estilo inglés, cuyos rincones más recónditos se pueden visitar en barca o en coche eléctrico durante el verano. Y si te gustan las excentricidades, durante las tardes de marzo a septiembre, acércate a la perrera para ver comer al centenar de perros de pura raza que allí habitan.
14. Castillo de Sully-sur-Loire
Con un aspecto imponente y una estructura que recuerda su antigua función militar, el castillo de Sully-sur-Loire está rodeado de un foso lleno de agua. Las estancias de estilo renacentista son extraordinariamente sofisticadas y maravillan a todo aquel que las visita. El duque Sully fue el encargado de realizar las principales modificaciones de complejo y también fue él quien mandó construir el parque y las torres.
Sully-sur-Loire es un paraíso para los amantes de la historia y las estrategias bélicas. Durante tu visita, podrás descubrir todos los secretos de esta extraordinaria máquina de guerra, que aún hoy parece defender valientemente el paso del río Loira.
15. Castillo de Le Rivau
Y por último, pero no por ello menos importante, en la lista de los castillos más encantadores del Loira, no podían faltar Le Rivau y sus jardines de cuento de hadas. Este castillo construido en el siglo XV es la parada ideal para cualquier tipo de viajero, capaz de transportar a grandes y pequeños al mágico mundo de los cuentos de hadas. Con un estilo excéntrico que lo distingue de los demás castillos de la región, Le Rivau ha sido cuidadosamente restaurado para crear ambientes escenográficos y muy evocadores.
No te pierdas las caballerizas, en las que no falta ni el más mínimo detalle. A continuación, tómate tu tiempo para visitar los jardines, cuyos 14 mágicos lienzos están inspirados en cuentos y leyendas, mezclándose a la perfección con el hermoso entorno natural.
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