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5 de los castillos más bonitos de Inglaterra

5 de los castillos más bonitos de Inglaterra

Reyes y reinas, damas y caballeros, intrigas y extravagancias. Descubre con nosotros la historia y algunas curiosidades sobre 5 de los castillos más bellos de Inglaterra.

Los castillos siempre nos han fascinado. Sus torres y almenas han sido testigo de las idas y venidas de reyes y reinas, de damas y caballeros, de intrigas amorosas… y a veces hasta de fantasmas. En nuestra imaginación, los castillos también son el hogar de los príncipes y princesas de los cuentos de hadas que llenaron nuestra infancia. Quizás sea este el motivo por el que nos atraen tanto las impresionantes residencias reales y la razón por la que queremos conocer todo sobre ellas. Así estaremos preparados para cuando vuelva a ser posible visitarlas en alguno de nuestros viajes.

He aquí cinco de los castillos más hermosos de Inglaterra, con su historia y sus curiosidades.

1. Castillo de Lancaster

Comencemos con un castillo que se aleja bastante de las fábulas de príncipes y princesas. Este castillo es de hecho la fortaleza de una ciudad apodada «la ciudad de los ahorcados». En el pasado, el Castillo de Lancaster albergaba el tribunal penal y la mayor prisión de la zona. La historia de la prisión (que más que una penitenciaría, era una colección de calabozos donde los prisioneros eran torturados y vivían en condiciones atroces) comenzó con el Rey Juan de Inglaterra, Juan Sin Tierra.
Tan sanguinario como paranoico, Juan Sin Tierra reformó el castillo para que fuera inexpugnable, tanto para sus enemigos como para sus súbditos (cuya traición temía en cualquier momento) y mandó construir las mazmorras en las que torturaba a todos sus oponentes, reales o presuntos.
El castillo de Lancaster también fue escenario de algunos de los juicios de brujas más notorios de la historia británica, así como del famoso error judicial en el que seis personas inocentes fueron condenadas a cadena perpetua por el atentado del IRA en un pub de Birmingham en junio de 1975. Hoy en día, el castillo de Lancaster es uno de los pocos castillos en Inglaterra que lleva a cabo una de sus funciones originales: la de un tribunal de justicia.

2. Castillo de York

El Castillo de York está en el centro de la ciudad, en la cima de una colina, y su forma es muy peculiar. El plano de la parte del castillo que ha llegado hasta nuestros días tiene la forma de un hermoso trébol de cuatro hojas. Este castillo fue el epicentro del poder real en Inglaterra durante casi mil años y está situado cerca de la espléndida catedral de York, que fue construida con los mismos materiales que el castillo, para simbolizar, como era frecuente en la Edad Media, la unión entre el poder de la Corona y Dios.
El Castillo de York es tristemente conocido por la masacre de los judíos en 1190, pero también por ser la prisión del bandido más famoso de la historia inglesa (a menudo considerado erróneamente como la figura histórica detrás de Robin Hood), Richard Turpin.

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3. Castillo de Leeds (Kent)

Este castillo sí que parece sacado de un cuento de hadas, rodeado de agua, es uno de los más bellos y elegantes de Inglaterra. Su historia ha sido escrita por las mujeres que lo habitaron. Construido en la Edad Media por el noble normando Robert de Crèvecœur, fue adquirido en 1278 por Leonor de Castilla, la esposa de Eduardo I. La reina realizó importantes modificaciones, incluyendo la glorieta que se encuentra sobre el agua.
Más tarde, otros seis soberanos de Inglaterra pasaron por el castillo. La más desafortunada fue Juana de Navarra, que fue encarcelada en el castillo tras ser acusada de practicar brujería.
La encargada de devolverle el esplendor al castillo, tras varios años de abandono, fue la americana Lady Olive Baillie, quien lo compró y restauró en 1926. El castillo de Leeds se convirtió entonces en el lugar “de moda”, con el salón de fiestas más exclusivo de Inglaterra, frecuentado por personalidades del calibre de Winston Churchill, Ian Fleming y Charlie Chaplin. Con el advenimiento de la guerra, Mady Baillie ofreció el castillo como hospital para todos los heridos.

4. Castillo de Arundel

El castillo de Arundel era uno de los castillos favoritos de la reina Victoria, que vivió allí durante unos años a partir de 1846. Este castillo es ciertamente uno de los más hermosos de Inglaterra. Es mitad fortaleza y mitad casa señorial (¡tiene hasta un campo de cricket!) y actualmente sigue siendo la residencia del Duque de Norfolk, el primero en la jerarquía de los pares de Inglaterra.
A pesar de las guerras civiles, las luchas internas y los enfrentamientos religiosos, desde 1243 el Castillo de Arundel siempre ha sido propiedad de la familia Fitzalan, más tarde Fitzalan-Howard. Entre los miembros más importantes (y curiosos) de esta dinastía están Thomas Howard y Charles Howard. Thomas Howard reconstruyó la residencia después de que Isabel I la destruyera por motivos religiosos (la familia Fitzalan era católica y nunca se convirtieron al protestantismo); su pasión por el coleccionismo le llevó a llenar el castillo con obras de arte que ahora están dispersas por todo el Reino Unido. El Museo Ashmolean de Oxford, por ejemplo, exhibe los Mármoles de Arundel, su colección de antiguas esculturas y epígrafes griegos. Charles, por otra parte, apodado «el duque borracho», es bastante controvertido (dos esposas, muchas amantes y varios hijos ilegítimos). Es miembro del Beef Steak Club de Londres y está obsesionado con el pasado; gastó el equivalente a 40 millones de libras esterlinas para renovar el castillo para darle el estilo neogótico que vemos hoy en día. Fue él quien empezó a cobrar la entrada al castillo.

5. El castillo de Bamburgh

No sólo es uno de los castillos más bellos de Inglaterra, sino que también es un “listed building”, es decir, un edificio reconocido y protegido por el Reino Unido por su excepcional valor histórico, arquitectónico o cultural.
El castillo de Bamburgh fue construido sobre un afloramiento de basalto, que le proporcionaba una posición estratégica para la época y que hoy en día despierta gran interés entre los visitantes. Los normandos construyeron el núcleo del actual castillo mientras que los sucesivos propietarios a lo largo de los siglos hicieron el resto, en particular su último propietario William Armstrong que lo adquirió durante la época victoriana.
Su ubicación es privilegiada porque la calidad del aire es excelente y en sus cercanías viven charranes árticos y comunes, frailecillos atlánticos y cormoranes. El castillo de Bamburgh es tan impresionante que ha sido escenario de varias películas, desde María, reina de Escocia en 1972, hasta Macbeth en 2015 con Michael Fassbender.

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