Una empleada de Musement nos cuenta su escala de tres días en Dubái… que, aunque fue divertida, acabó no siendo tiempo suficiente para la Ciudad del Oro.
No estaba muy segura de qué esperaba de Dubái, pero lo que sé es que no esperaba que la Ciudad del Oro me gustara tanto como lo hizo. Pensaba que me iba a gustar, sí, pero no tenía ni idea de que me iba a enamorar. Mi escala de tres días (a pesar de que fue un primer contacto increíble en esta colosal ciudad de superlativos) no fue lo suficientemente larga, y puedo afirmar con toda sinceridad de que tengo muchísimas ganas de volver.
A Dubái tienes que verlo para creerlo. El emirato ostenta récords Guinness para el edificio más alto del mundo (el Burj Khalifa), el mayor centro comercial del mundo (el Dubai Mall) y el hotel más alto del mundo (el Gevora), entre otros. Los brillantes iPads bañados en oro de 24 quilates que encontrarás en las habitaciones del Burj Al Arab, uno de los únicos hoteles del mundo de siete estrellas, no deberían sorprender es una ciudad que alberga un deslumbrante zoco del oro.
Antes de haber visitado Dubái, había creído erróneamente la opinión de otras personas que decían con convicción, pese a no haber estado nunca, que Dubái era como un Disneyland para adultos. O como Las Vegas. Pero esto no es verdad, aunque sé que algunas de las nuevas incorporaciones a Las Vegas Strip son menos artificiales y más tipo resort. Sin embargo, y aunque no tengo nada en contra de Las Vegas o Disneyland, ambas están respaldadas por un fuerte elemento imaginario en lugar de la mentalidad pionera que caracteriza el emirato más populoso. Dubái, por contra, rebosa una ambición inquebrantable. Es totalmente real y nuevo. Es el ahora y el futuro a la vez. En 2020, los trenes Hyperloop transportarán por aire a los pasajeros entre Dubái y Abu Dhabi en tan solo 12 minutos a una velocidad de 1200 km por hora. Sí, parece algo sacado de Los supersónicos, con la diferencia de que Dubái no es un dibujo animado de los 80 sino que es real.
Dubái viene, en palabras de Bethenny Frankel, de decir “sí”. Es una ciudad en la que cualquier cosa es posible. La gente sueña en grande y actúa superando estos sueños, con un resultado final que parece, y lo digo en el mejor sentido de la palabra, distópico: centelleante y prístino como el escenario de un episodio de Black mirror. ¿Es posible que una ciudad esté tan limpia, que funcione tan bien y en la que te sientes tan seguro? Sí, es posible.
Aproveché la escala gratuita de Emirates en Dubái para pasar tres días en la ciudad. Pude ver bastante, pero no tuve suficiente tiempo… me quedaron muchas cosas por ver y hacer, por lo que tengo muchas ganas de volver. Con todo, si estás preparando un viaje o tienes la oportunidad de hacer escala en Dubái, deberías hacerlo. Aquí van unas cuantas ideas.
1. El Louvre Abu Dabi y la Gran Mezquita Sheikh Zayed
Si pasas dos noches en Dubái, sería un pecado no acercarte a Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. No solo es tan increíble y futurística como Dubái, sino que también podrás tachar dos grandes sitios de tu lista de deseos viajera: el Louvre Abu Dabi y la Gran Mezquita Sheik Zayed. Este tour cubre los dos, así puedes matar dos pájaros de un tiro. La extraordinaria mezquita coronada con 82 bóvedas blancas es la más grande del mundo fuera de la Meca y Medina, e incorpora materiales procedentes de todo el mundo como el mármol toscano, una alfombra iraní (la más grande del mundo) y candelabros alemanes (otra vez, los más grandes del mundo).
El Louvre Abu Dabi se ubica en la isla de Saadyidat, con un exterior blanco que se yuxtapone al turquesa del golfo Pérsico. Lo más espectacular es la cúpula diseñada por Jean Nouvel, solapándose a las celosías de hierro de las que “llueve luz” brindando un efecto que es simplemente impresionante. El museo cuenta la historia de la humanidad a través de 600 obras de arte distribuidas en 12 fases. Y al contrario que su hermano parisino, es posible ver el museo entero en un solo día.
2. Tour privado con estilo
Aunque esta escala en Dubái no fue mi primera vez en el Oriente Medio, puedo asociar la ciudad con otro hito: ¡mi primer viaje en Tesla! El tour privado de Musement me llevó a dar una vuelta por el mítico Palm Jumeirah donde, por supuesto, nos paramos a fotografiar el inconfundible Atlantis Resort y a poner los pies en el agua turquesa. Paseamos por el JBR, comimos y condujimos a la Marina de Dubái: fue una forma excelente de absorber la ciudad. ¿Lo mejor? Tener una panorámica de lujo gracias al techo de cristal del Tesla y poder ver los imponentes rascacielos desde múltiples ángulos.
3. Ruta gastronómica de noche
Si planificas tus viajes según las leyes del estómago, esta ruta gastronómica de noche te permitirá probar los eclécticos bocados que caracterizan la cocina emiratí, que combina influencias de las diferentes culturas que han pasado por este enclave. El tour no hace paradas en los grandes restaurantes con chefs premiados con estrellas Michelin, sino que se concentra en la comida influenciada por la población local e inmigrante. El guía de nuestra ruta fue un chico muy amable y culto llamado Mounir, que lleva 20 años viviendo en Dubái. En Little India probamos bocados fritos como la samosa rellena de carne y verduras, verduras servidas en forma de crujiente pakora, malpuri rellenos de plátano y sabrosos bhelpuri. Luego, fue el turno de los bocados libaneses, como el cremosísimo hummus, el refrescante fatoush, el aromático tabulé, el delicioso toum con sabor a ajo y el suculento kebab de cordero, todo complementado con el pan Khobz el Saj. La última parada: un restaurante típico donde los comensales se sientan en el suelo y comen con las manos… una experiencia tradicional emiratí. La ruta gastronómica fue una forma muy saciante de descubrir otra cara de Dubái, con un paseo por el zoco de las especias, Little India, el zoco del oro, un paseo en abra y una visita a un templo hindú.
4. El Burj Khalifa
Cuando estés en Dubái, ¡no puedes dejar de visitar el Burj Khalifa, (actualmente) el rascacielos más alto del mundo! Hay dos tipos de entradas: una para los pisos 124 y 125 y otra para los pisos 124, 125 y 148. Ya que estás ahí, o todo o nada… compra las entradas que incluyen acceso al piso 148, ¡es más del doble que el Top of the Rock de Nueva York! Las vistas son inimaginablemente extraordinarias, ¡y sirven zumo y pastas! Puedes leer más acerca de mi visita aquí.
5. Otras ideas
Por desgracia, mi tiempo era limitado. ¡Si algo aprendí es que tres días en Dubái no son suficientes! Otras ideas para aprovechar al máximo el viaje incluyen un safari por el desierto, un crucero en dhow por Dubái Creek, explorar el artístico barrio de Al Quoz, el té de la tarde en el Burj al Arab, ¡o simplemente pasar un rato en la playa!