Descubre las 8 paradas imprescindibles de la ruta de los castillos de Baviera.
¿Estás pensando en hacer un road trip por Alemania? Más que un destino exótico, a veces todo lo que necesitas es un viaje por carretera a tu aire, parando dónde y cuándo quieras para admirar los puntos de más interés en el camino. A continuación te proponemos una ruta por los castillos de Baviera, con 8 paradas indispensables en fortalezas de cuento.
1. Castillo de Neuschwanstein
El castillo de Neuschwanstein nos tiene prendados. Como el castillo más emblemático de Baviera, este escenario rápidamente te va a evocar tu infancia, cuando te pasabas tantas horas viendo películas de Disney que te sabías los diálogos de memoria, no en vano dicen que Walt Disney se inspiró en este castillo para la creación de La bella durmiente. Lo que quizás no sabías es que esta fortaleza está situada a tan solo 100 km de Múnich y, por lo tanto, es un destino perfecto para una excursión de un día.
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2. Castillo de Hohenschwangau
No muy lejos del castillo de Neuschwanstein (concretamente, a 2 km de distancia) se sitúa el castillo de Hohenschwangau, menos conocido pero igual de impresionante. La reconstrucción de esta fortaleza, de estilo neogótico, fue encargada por el que sería Maximiliano II de Baviera, donde vivió cuando aún era adolescente. Cedido tras la muerte de este a su hijo Luis, que encargaría la construcción del vecino castillo de Neuschwanstein años después.
3. Veste Coburg
Veste Coburg, la fortaleza de Coburgo o la Corona Francona: tres nombres para referirnos a otro de los majestuosos castillos que te encontrarás en tu ruta por Baviera. Dentro de sus robustas y bien conservadas paredes se pueden visitar interesantes colecciones de arte: de vidrio veneciano, de armas históricas, de carruajes históricos, entre otras. Por si fuera poco, su ubicación privilegiada en lo alto de una colina brinda al visitante vistas increíbles.
4. Palacio de Linderhof
El Palacio de Linderhof es uno de los tres castillos que mandó construir Luis II de Baviera, un trío de fortalezas conocidas como los Castillos del Rey Loco. No obstante, el de Linderhof es el único que el apodado Rey Loco vio terminado. Rodeado de bosques y jardines, el exterior del palacio, incluyendo fachada, jardines y terrazas, sigue el estilo barroco, aunque su interior es rococó. Sus estancias te van a deslumbrar: no te puedes perder la Sala de los Espejos ni la Sala de la Audiencia.
5. Castillo de Burghausen
El castillo de Burghausen ostenta el título de castillo más extenso del mundo, como corrobora su entrada en el libro Guinness de los récords. Además, presume también de ser uno de los más antiguos, ya que data de la edad de bronce. Se encuentra en la frontera entre Alemania y Austria, entre el lago Wöhrsee y el río Salzach, dominando el territorio sobre una colina desde la que se goza de una buena panorámica. Con un hermoso interior de estilo art nouveau y bonitos patios, durante tu visita podrás ver joyas arquitectónicas como la torre de Artillería y la torre de las Torturas.
6. Palacio de Herrenchiemsee
El palacio de Herrenchiemsee fue construido en la isla homónima, en el lago Chiemsee, a finales del siglo XIX por encargo de Luis II. Así, forma parte del citado grupo de los castillos del Rey Loco junto con el de Linderhof y el de Neuschwanstein. Aunque fue concebido como una réplica del palacio de Versalles, la falta de dinero provocó un cambio de rumbo durante la construcción. Con todo, las estancias siguen siendo impresionantes, sobre todo la Gran Sala de los Espejos, y los jardines que rodean la fortaleza, una delicia.
7. Castillo de Trausnitz
Ubicado en Landshut, el castillo de Trausnitz fue una de las residencias ducales de la dinastía Wittelsbach entre los siglos XIII y XVI. Posteriormente, entre los siglos XVIII y XIX, el recinto sirvió como prisión, cuartel, fábrica y hasta hospital militar. Las partes más antiguas que se conservan (de principios del siglo XIII) son los torreones, la capilla y algunos muros, aunque décadas más tarde la fortaleza fue reconstruida, creando un gran complejo que a día de hoy incluye un museo con unas 750 exposiciones.
8. Palacio de Nymphenburg
Para terminar la ruta por los castillos más bonitos de Baviera, pasamos por el palacio de Nymphenburg. Al encontrarse en la misma ciudad de Múnich, es una visita casi obligada cuando estés en la capital bávara. La fortaleza fue construida en 1664 como residencia de verano para la dinastía Wittelsbach. De estilo barroco, aún conserva su fachada original, así como el mobiliario y la decoración interior. Tras una reconstrucción posterior, en la actualidad el palacio cuenta con una interesante mezcla de estilos que incluye el rococó y el neoclásico. A parte de las magníficas estancias, no te puedes perder los jardines ni el Museo de las Carrozas.
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