Descubre 13 pueblos medievales de Europa que te harán viajar en el tiempo.
¿Tienes ganas de asomarte al mundo tal como fue hace mil años? En estos pueblos y ciudades todavía se respira el alma del medievo, por lo que al recorrer sus calles sentirás que, realmente, has viajado al pasado. ¿Empezamos?
Carcasona, Francia
Un hermoso pueblo ubicado entre viñedos, valles y montañas. Este lugar se considera una de las joyas de la región, puesto que es la ciudad medieval amurallada que mejor conservada está de toda Europa.
No te pierdas la vista increíble de la ciudad que tienes si te alejas cierta distancia. Verás un paisaje de película, y si entrecierras los ojos, parecerá que hayas viajado mil años atrás.
La ciudadela, también llamada La Cité, está formada por 52 torres a lo largo de 3 km de muralla. Perfecta para perderte entre sus laberínticas callejuelas, donde no faltarán rincones llenos de encanto. A la ciudadela puedes acceder por cuatro puertas de entrada, cada una situada en uno de los puntos cardinales. Da igual la que elijas, tu paseo por el casco antiguo de esta hermosa ciudad supondrá una aventura inigualable.
Brujas, Bélgica
Sus calles empedradas te llevarán a lugares que no pueden faltar en tu hoja de ruta. Como la Grote Markt (Plaza del Mercado), que está justo en el corazón de la ciudad, justo donde se ubica la torre Belfort, un imponente campanario de 80 metros que se ha convertido en el símbolo de Brujas.
No te pierdas el Muelle del Rosario o la Plaza Burg. A sus alrededores encontrarás algunos de esos edificios imprescindibles de conocer en una visita completa por esta pintoresca ciudad medieval. Además, tu ruta tendrá su recompensa, porque en cualquier terraza puedes disfrutar de una refrescante cerveza belga o, si lo que necesitas es entrar en calor, un chocolate caliente que recordarás toda la vida.
Èze, Francia
Los Alpes Marítimos franceses cuentan con un precioso pueblo medieval, el cual se construyó en un asentamiento que se remonta al 2.000 a. C que está encaramado a 427 metros sobre el Mediterráneo.
Su edificio más antiguo es la Capilla de la Santa Cruz y data del año 1306. Todo el pueblo en sí es como un museo, algo que deja patente la gran afluencia de turistas que recibe, quizá como contraste al lujo y la exclusividad que caracterizan a ciudades cercanas, como Mónaco o Niza.
San Gimignano, Italia
Lo que más nos sorprende de este pueblo son las 14 altas torres que encontramos en el centro de la población. Pero son solo un elemento más de los atractivos que posee San Gimignano, un destino en el que todo viajero que esté atravesando la Toscana debería detenerse.
En la Plaza del Duomo verás una solemne iglesia del siglo XII, la Colegiata, donde podrás ver numerosos frescos que ilustrarán debidamente tu visita.
Castle Combe, Inglaterra
Un pueblo realmente pequeño, de una sola calle, pero que resulta ciertamente bello. Un ejemplo único de la arquitectura que caracteriza a la campiña inglesa. Sin duda, un entorno encantador en el que parecerá que estamos recorriendo un auténtico cuento.
Recorrerlo, sin prisa, sin objetivos concretos, te sumirá en un estado de paz, rodeados de paisajes dignos de revista.
Con sólo 350 habitantes este pueblo quedó en segundo lugar en la clasificación de los mejores pueblos según The Times.
Rothenburg ob der Tauber, Alemania
En la región de Franconia existe un pueblecito digno de ser visitado. Su nombre se traduciría como “la fortaleza roja sobre el Tauber”, puesto que está ubicado en lo alto del río Tauber y sus tejados son, tal y como marcaba la tradición, rojos.
La ciudad se fundó en 1170 cuando el castillo Staufer fue construido, aunque, por desgracia se destruyó en 1356 debido a un terremoto. No te pierdas el Museo del Crimen, el cual muestra todo tipo de mecanismos de tortura que se empleaban en la época medieval.
Como curiosidad, la ciudad ha sido escenario de películas como Chitty Chitty Bang Bang, o incluso en la saga Harry Potter.
Mont Saint-Michel, Francia
No es exactamente un pueblo, dado que habitan, hoy en día una treintena de personas, pero sí que lo fue en el pasado. Su gran abadía atrae a miles de peregrinos cada año, y, de hecho, el islote ya era objeto de culto en la Edad Antigua, cuando las tribus célticas habitaban esta zona de Europa.
Sin embargo, lo que hace que el Mont Saint-Michel sea realmente un enclave espectacular es la variabilidad del paisaje en función de la subida o la bajada del río.
Sin duda, un lugar en el que no querrás dejar de hacer fotos.
Ávila, España
El casco antiguo de Ávila está rodeado por una gran muralla a lo largo de la cual se erigen 87 torres y 9 puertas, algunas de ellas, todo un icono de la ciudad. Observar la ciudad desde lejos es un auténtico espectáculo, especialmente de noche, con unas luces tímidas que parpadean, como muestra del paso del tiempo en torno a unas murallas que permanecen ancladas en el pasado, con la belleza y la solemnidad con las que fueron construidas.
Es posible recorrer buena parte del recinto amurallado, y lo recomendamos. Desde allí contemplarás una vista de Ávila digna de postal, el paisaje perfecto para una visita a esta extraordinaria ciudad.
Cochem, Alemania
Lo que más destaca de esta población alemana es su castillo, el Reichsburg. Por lo visto es uno de los castillos más bonitos de Europa. Pero la naturaleza entera de esta región está llena de belleza. A los pies del pueblo fluye el río Mosela desde donde es posible dar un paseo en uno de sus barcos turísticos, para observar la ciudad calmada y silenciosa a nuestro alrededor.
Como curiosidad, en algunas de las fachadas que vemos a la entrada del pueblo se pueden ver las marcas que muestran hasta donde llegó el agua en antiguas crecidas del río, cuando este se ha llegado a desbordar.
Sos del Rey Católico, España
Este pintoresco pueblo creció en base a un castillo construido en el siglo X, para resistir la invasión musulmana.Sigue siendo una auténtica villa rodeada de una auténtica fortaleza, donde el recinto data del año 970. Allí (de ahí su nombre) nació en 1452 el rey Fernando el Católico.
Sus hermosas casas de piedra, sus calles empedradas y sus aleros de madera alegran unas llamativas fachadas decoradas com escudos, su arquitectura gótica, y la amplia presencia de sillares labrados.
Volterra, Italia
La ciudadela de este pueblo está rodeada de murallas cargadas de historia, a lo alto de una colina que se eleva 545 metros sobre el nivel del mar.
En Volterra tienes muchos lugares especiales que visitar, como la Porta all’Arco o la Acrópolis Etrusca. En realidad, encontrarás también muchos rincones en los que disfrutar de una excelente gastronomía, sin que los edificios y fachadas de origen renacentista contrasten con las construcciones de origen medieval más tradicionales.
Guimarães, Portugal
Dado que aquí nació Alfonso Henríquez, el primer rey, se considera a esta ciudad la cuna de Portugal. No te pierdas el Palacio de los duques de Braganza, y también el Largo da Oliveira, donde se ubica el Padrón de Salado y la Colegiata de Nuestra Señora de Oliveira, donde se encuentra el Museo Alberto Sampaio.
Quedlinburg, Alemania
Esta ciudad está considerada una de las más bonitas del país. Sus calles te llevarán a lo largo de fachadas que parecen sacadas de algún cuento de los hermanos Grimm. Y es que, todo lo que encuentres en tu paseo por este lugar, tendrá algo que sugerirte. De hecho, tanto su colegiata, su castillo, como su casco antiguo han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.