¿Hay algo que supere cenar con alguien especial en un restaurante romántico?
La ciudad de New York tiene muchas facetas, y el romanticismo es una de ellas. Por esto, hemos recorrido seis de los restaurantes más románticos de Nueva York, para que cuando te encuentres en la ciudad que nunca duerme puedas compartir un plan especial con una dosis extra de amor.
1. The River Café
Este mágico restaurante está oculto debajo del puente de Brooklyn desde 1977 y no parece que vaya a cambiar. Esta joya galardonada con una estrella Michelin es una de las opciones más lujosas, pero te aseguramos que la gastronomía americana de primer nivel centrada en el marisco vale lo que cuesta. Reserva para cenar mientras disfrutas de las magníficas vistas del centelleante Manhattan, con su reflejo bailando sobre el río Este. Los hombres deben vestir americana (obligatoria) y corbata (preferiblemente) para la ocasión. Sitio web
2. Candle 79
En este restaurante vegano del Upper East Side, uno de los mejores de los Estados Unidos, hasta los omnívoros más escépticos van a comer bien. Está en un edificio adosado de dos plantas y goza de un ambiente acogedor y tranquilo con el que te van a entrar ganas de acurrucarte con tu pareja en el sofá después de cenar. No te pierdas el seitán picatta y el ahumado, ni el pastel marroquí de garbanzos y especias. Sitio web
3. Il Buco
Il Buco es sin duda un nuevo clásico. Este joven restaurante de 25 años no ha pasado de moda desde que abrió sus puertas, cautivando a los clientes con su encanto del viejo mundo. Érase una vez —antes de que se convirtiera en la tienda de antigüedades con restaurante que es hoy en día—, este antiguo salón era frecuentado por personajes de la talla de Edgar Allan Poe. En la íntima bodega tendrás la sensación de que te han dejado entrar en un sitio secreto, y sin duda es un rincón romántico donde disfrutar de una cena. Los sabores italianos y mediterráneos conforman la cambiante carta. Si te gusta la pasta, tienes que probar la que sirven aquí. Sitio web
4. La Grenouille
¡Oh là là! No hay mejor forma de mostrar tus sentimientos por alguien que con una cena en La Grenouille. El terciopelo rojo se combina con las paredes brocadas, los coloridos (y a veces gigantes) arreglos florales y una iluminación celestial en esta institución gastronómica de Midtown. El restaurante insignia de la familia Masson abrió las puertas en 1962 y es el último de los restaurantes franceses de antaño que dominaron el panorama gastronómico de Nueva York… ¿Y qué hay más romántico que un restaurante francés? Antiguo y contemporáneo a la vez, La Grenouille ha conseguido adaptarse y continuar en lo alto manteniendo su integridad. Tienes que probar les quenelles y la sole grillée, dos platos de la carta que han resistido la prueba del tiempo. Hombres: no os olvidéis de la americana. Sitio web
5. One if by land, two if by sea
Este refugio a la luz de las velas está escondido dentro de una histórica cochera construida en 1767. Bautizado con la señal secreta inmortalizada en el poema de Longfellow Cabalgata de medianoche de Paul Revere, el restaurante cuenta con numerosas de las características originales del edificio. Las paredes de ladrillo visto y los suelos de madera oscura se realzan con un pianista que toca en directo y dos chimeneas que crepitan suavemente, lo que resulta en un ambiente puramente encantador. La ternera Wellington, que aparece en el menú degustación, es su plato estrella. Un dato interesante para los amantes de la historia, los de la cultura popular y los que creen en lo sobrenatural: antaño la cochera fue propiedad del exvicepresidente Aaron Burr, que por desgracia mató a Alexander Hamilton en un duelo. Se dice que el fantasma de Burr se pasea por el lugar. Sitio web
6. Raoul’s
Ya que, una vez más, todo lo que sea francés se relaciona automáticamente con el romanticismo, no nos hemos podido resistir a incluir este bistro del Soho consagrado por el tiempo. Con su iluminación tenue, manteles blancos, arte ecléctico y ambiente retro, el restaurante es ahora tan elegante como cuando abrió en 1975. ¡Si sus paredes pudieran hablar! Los fan de Sexo en Nueva York reconocerán el restaurante como el escenario (sin las cintas y globos magenta colgando del techo) de la cena de Carrie y Miranda por San Valentín, que acabó bastante mal y que aparece en la primera película. Si fue lo suficientemente romántico para Carrie y Miranda, también lo es para nosotros. El steak au poivre es el plato más recomendable, así como la hamburguesa. Esta última, sin embargo, solo se puede comer en la barra, y el chef solo prepara 12 de ellas cada noche. Por lo tanto, los tortolitos que comparten afición por las hamburguesas deberían llegar pronto para degustar una. Sitio web