Descubre seis obras emblemáticas del artista austriaco Gustav Klimt.
Pintor simbolista y uno de los mayores representantes del movimiento de secesión vienés, Gustav Klimt (1862 – 1918) es uno de los artistas austriacos más célebres. Famoso por traspasar los límites establecidos, Klimt consiguió una beca para estudiar en la prestigiosa Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde recibió una educación artística clasicista. Con el paso del tiempo, comenzó a alejarse más y más de su base conservadora y fue definiendo su propio estilo personal, donde el oro y la geometría jugaron un papel importante.
Sus impresionantes pinturas son obras maestras caprichosas e imaginativas, y un claro reflejo de su amor por las mujeres. Durante su vida, tuvo innumerables amantes y 14 hijos. Las protagonistas de sus obras son sensuales, eróticas e incluso misteriosas.
He aquí seis pinturas imprescindibles de Klimt:
1. El Beso, 1907-08
Esta tierna pintura captura a una pareja en medio de un campo de flores. Los ojos cerrados de la mujer potencian el efecto que le producen los labios de su amante al besar su mejilla. Sus manos le sostienen la cara mientras que ella rodea su cuello con el brazo. Es una escena tan bonita que el espectador puede llegar a sentirse como un “mirón” observando un momento íntimo entre dos personas. En la obra no faltan el oro, la plata y el platino, ni las formas geométricas como espirales y rectángulos.
¿Dónde?: Palacio Belvedere en Viena
2. Retrato de Adele Bloch-Bauer I, 1903-07
Este cuadro merece un artículo (o una película) solo para él. De hecho, la película La dama de oro (2015), se centra en esta obra y en el pleito de casi una década entre Maria Altmann (sobrina de Adele Bloch-Bauer) y la República de Austria. El cuadro, que había sido robado por los nazis, pasó a manos de Austria tras el fin de la guerra. La justicia dio la razón a Altmann, quien finalmente vendió el cuadro que ahora puede admirarse en la Neue Galerie de Nueva York. (Nota: En el MoMA se exhibe el Retrato de Adele Bloch-Bauer II.)
3. Dánae, 1907
¿Quién mejor para pintar la figura mitológica que Zeus fecundó en forma de lluvia de oro que un artista famoso por su etapa dorada? Klimt la representó durmiendo desnuda, en posición fetal, mientras Zeus descendía sobre ella en forma de monedas de oro. Definitivamente, una de las obras más eróticas del artista.
¿Dónde?: Galerie Würthle en Viena
4. Judith I, 1901
De la mitología a la biblia. Esta escena ha sido pintada por varios artistas como Caravaggio y Artemisia Gentileschi. Klimt eligió representarla con su estilo característico: con mucho oro y haciendo énfasis en la figura de la mujer. Tanto es así que solo una pequeña parte de la cabeza de Holofernes aparece en escena. Se dice que Adele Bloch-Bauer sirvió de modelo para representar a Judith, por eso quizás su rostro te resulte familiar.
¿Dónde?: Palacio Belvedere en Viena
5. Las tres edades de la mujer, 1905
En esta conmovedora obra aparecen tres mujeres distintas en tres fases diferentes de la vida, representando así el círculo de la vida en una escena muy tierna: en el centro, una mujer sosteniendo a su bebé, y a su lado, una mujer de edad avanzada.
¿Dónde?: Galería Nacional de Arte Moderno, Roma
6. Friso de Beethoven, 1901-02
Klimt pintó este mural con motivo de la 14ª exposición de la Secesión de Viena para homenajear a Beethoven. Aunque en principio iba a ser una obra temporal, por suerte para los admiradores de Klimt, tras varios años sin exponerse, ahora forma parte de la exposición permanente del Pabellón de la Secesión. Klimt basó esta obra en la interpretación de Richard Wagner de la Novena sinfonía de Beethoven.
¿Dónde?: Pabellón de la Secesión en Viena