¿Pensabas que conocías Francia? Pues te vamos a sorprender con diez hermosos pueblecitos franceses que, alejados del foco turístico, seguramente aun no has visitado.
Hay un buen número de pueblos pintorescos que adornan los paisajes entre París, Lyon, Estrasburgo, Burdeos y el resto de principales ciudades francesas. Emanando encanto y carácter, muchos de estos tesoros escondidos que aún no han llegado a los oídos de los turistas están esperando ser descubiertos. Te traemos los diez pueblos franceses más bonitos que seguramente aun no conoces.
1. La Roque-Gageac
Situado a los pies de un acantilado a orillas del río Dordoña, Roque-Gageac está orientado al sur y es uno de los pueblos más bonitos de Francia. Da una vuelta en barcaza, el barco tradicional que antaño transportaba mercancía, para admirar las fachadas de las encantadoras casitas de la ribera. Cerca de la iglesia encontrarás un pequeño jardín tropical lleno de palmeras, plataneros, bambús y cactus.
2. Mirepoix
No muy lejos de la ciudad de Carcasona, que acoge la famosa fortaleza homónima, se sitúa la adorable bastida de Mirepoix. Ubicado en el País Cátaro, Mirepoix ha conservado un auténtico encanto medieval. Las casas entramadas que rodean la plaza cubierta del centro del pueblo te deleitarán. Tampoco te puedes perder las tiendas de antigüedades que ofrecen infinidad de objetos vintage únicos.
3. Saint-Véran
La comuna de Saint-Véran se encuentra en el corazón del Parque Natural Regional de Queyras. Considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, Saint-Véran es la comuna habitada situada a más altura de Europa. Sus chalés de madera con tejados de pizarra, las fuentecitas de madera y los hornos de pan rústico típicos harán las delicias de todos. Además, el pueblo goza de un buen número de días soleados, de aquí todos los relojes solares esparcidos por las callejuelas de la localidad.
4. Cucuron
Ubicado en pleno Parque Natural Regional de Luberon y a tan solo unos kilómetros de Aix en Provence, Cucuron te cautivará. Se trata de un pueblo provenzal típico donde podrás visitar las murallas, la mazmorra, los lavaderos y un estanque rodeado de plataneros centenarios que da a Cucuron una atmósfera especial. Piérdete entre los colores y los olores mientras paseas de una plaza a la otra. No te olvides de degustar una copa de Côtes du Luberon en completa tranquilidad.
5. Saint Goustan
Saint Gustan es un pueblo de la Bretaña que permanece intacto. Pasear por sus callejuelas adoquinadas es como retroceder al pasado. Cruza el puente de piedra y da una vuelta por las calles estrechas llenas de artesanos y galerías de arte hasta llegar al puerto, bautizado en honor al santo patrón de los marineros y los pescadores.
6. Bormes-les-Mimosas
Bormes-les-Mimosas… ¡con este nombre promete! Clasificado como uno de los pueblos con más flores de Francia, Bormes-les-Mimosas está enclavado sobre una colina que mira al mar Mediterráneo. El Grand Corso Fleuri du Mimosa de Bormes tiene lugar todos los años durante el último fin de semana de febrero. Admira los tejados con tejas rosas y ocres, las callejuelas sinuosas llenas de flores y las ruinas de la muralla y el castillo mientras paseas por este pueblo provenzal típico.
7. Castelnou
El pueblo de Castelnou es una joya situada cerca de Cataluña, con la mítica montaña del Canigó como telón de fondo. Castelnou es quizás más conocido —y por tanto, más turístico— que otros pueblos de esta lista. A pesar de esto, creemos que se merece una mención porque está perfectamente conservado. No hay tiendas ni hoteles en exceso que distorsionen el excepcional paisaje digno de una postal.
8. Moncontour de Bretaña
Rodeado de vegetación en el corazón de la campiña bretona y aferrado a una espuela rocosa, el pueblo medieval de Moncontour está rodeado por unas imponentes murallas. El ayuntamiento, la iglesia, las fantásticas residencias burguesas y las magníficas mansiones privadas forman parte de la extraordinaria historia y legado arquitectónico de Moncontour.
9. Piriac-sur-Mer
Para los que prefieren el mar o pasear por la playa, Piriac-sur-Mer es de ensueño. Ubicado en la península de Guérande, este encantador pueblecito te sorprenderá. Típicamente bretón, Piriac-sur-Mer presume de una rica diversidad natural, arquitectónica, literaria y legendaria. Disfruta de la brisa marina de este bonito pueblo costero y goza de la atmósfera auténtica del puerto. Las hermosas casitas tanto en el centro de la población como a lo largo de la costa brindan panoramas maravillosos.
10. Belcastel
A la salida de Aveyron por el camino de Santiago de Compostela hay un castillo a los pies de un pueblecito conocido por sus casas de piedra con tejado de losas. La fortaleza de Belcastel fue construida a finales del siglo X encima de una capilla del siglo IX. Posteriormente fue abandonada, pero el arquitecto Fernand Pouillon la restauró en el siglo XVII. En la actualidad, Belcastel acoge una galería de arte que contribuye al dinamismo de la comunidad. Presta atención a los buzones de las casas de esta localidad, cada una supera la anterior. Además, te aconsejamos reservar mesa en el restaurante Vieux Port que, con una estrella Michelin, es una institución gastronómica a cargo de las chefs y hermanas Nicole y Michèle Fagegaltier.