Aunque ahora mismo es momento de quedarse en casa, nosotros ya estamos soñando con nuevas aventuras. ¿Te vienes con nosotros? Hoy recorremos algunos de los templos budistas más bonitos del mundo que nos encantaría visitar después de la crisis sanitaria.
Muchas personas en occidente sentimos una clara atracción hacia la cultura budista. Su forma de ver la vida y de respetarse los unos a los otros es solo un ejemplo de una religión en la que sus templos nos sumergen en un ambiente cargado de paz en el que es fácil dejar atrás los problemas que se atascan en la mente y vivir nuestro propio ser.
Angkor Wat
Este conjunto monumental, un icono en Camboya y Patrimonio de la Humanidad es uno de los templos más antiguos del mundo. Se considera la mayor estructura religiosa jamás construida y no podía dejar de estar en lo más alto de nuestra lista.
Este lugar maravilloso, después de haber sido centro de una frenética actividad durante siglos cayó prácticamente en el olvido cuando la vegetación selvática avanzó hasta sepultarlo. El templo principal siempre estuvo habitado por budistas pero el resto del complejo vivió un renacer a finales del siglo XIX cuando Occidente lo “redescubrió”.
El Parque Histórico de Angkor Wat tiene casi doscientos kilómetros cuadrados, por lo que es mejor que os reservéis varios días para conocer todo lo que este lugar puede ofrecer.
Templos del valle de Bagan
En Myanmar existe una zona imprescindible en vuestro viaje, llena de preciosas edificaciones, donde la más antigua data del siglo IX, que no podréis dejar de admirar. Estamos junto al inmenso río Ayeyarwady, un lugar en el que las estupas, los templos y las pagodas sin duda alegrarán tu estancia.
El budismo en esta región se la debemos al rey Anawrahta, el padre del gran Imperio Birmano, y a día de hoy, pagodas como la de Shwezigon, que, conservando todavía su recubrimiento de oro nos ofrece una visión impresionante.
De las más de diez mil pagodas, estupas y templos que fueron construidos aquí entre los siglos X y XIII hoy podemos visitar unos 3.700 a lo largo de unos 42 kilómetros cuadrados.
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Popa Taung Kalat
Seguimos en Myanmar, pero esta vez nos subimos a un volcán para visitar este impresionante monasterio. En lo alto del Monte Popa, este volcán que se sitúa en el centro del país (y a 50 km de Bagan) se eleva 1.518 metros sobre el nivel del mar encontramos nuestro siguiente destino. Lo primero que pensamos es que el volcán debe estar dormido pero lo cierto es que no se sabe con certeza. Y es que, acercarse a este enclave es todo aventura porque para subir hasta él hay un sólo camino, una escalera colgante de 777 peldaños. ¡Perfecto para los amantes de la adrenalina!
Paro Taktsang
Viajamos a Bután para acercarnos a un enclave único. Para llegar él, es necesario caminar durante unas dos o tres horas. El trayecto no es difícil, aunque la altura lo complica.
Este conjunto de templos está edificado en medio de un acantilado a más de 3 000 metros de altitud y ubicado en una pared casi vertical. Es algo realmente mágico.
Su nombre significa “Nido del Tigre” y será el monasterio al que más esfuerzo tendrás que invertir en llegar. Eso sí, cada gota de sudor habrá valido la pena.
Pinyin Tian Tan
También conocido como “El templo del cielo” este lugar, que data de 1420 está situado al sur de Pekín (China).
Se encuentra en un complejo rodeado de murallas en el que los edificios situados en cada punto cardinal tienen una función distinta. En el norte tenemos el Salón de Oración por la Buena Cosecha (un edificio magnífico que debe visitarse tranquilamente) y en el sur el Altar Circular (donde el círculo representa al cielo y la base cuadrada a la Tierra), junto a la Bóveda Imperial del Cielo.
Kiyomizudera
En Kioto, Japón, nos espera este bello templo en el que veremos su belleza rebosar sin importar la estación del año en que nos encontremos. Fue construido en el año 778 y es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad.
Junto a él se encuentra la cascada Otowa, el lugar que dio nombre al templo, puesto que significa “agua pura” y, dentro del complejo en el que se enmarca podremos visitar otras muchas construcciones, pagodas y monumentos, como la majestuosa Puerta Deva, que te obligarán a disparar cientos de fotos.
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Jokhang
Este monasterio es el centro espiritual de Lhasa, en el Tíbet. Se cree que data del año 642 y en cuanto nos adentramos en este complejo podemos sentir la santidad que se respira en el ambiente. De hecho, es destino para peregrinos tibetanos, por lo que hay mucha afluencia de fieles, que se juntan con los turistas occidentales ávidos de sumergirse en enclaves sagrados del continente asiático. Es recomendable tomar el tiempo necesario para visitar cada uno de sus edificios y los salones dedicados a Buda.
Ulun Danu Bratan
A los pies del volcán Batur encontramos un conjunto de templos magnífico, cuya belleza queda reflejada en la superficie del lago Bratan. Un lugar imprescindible en esta zona de Bali, aunque sus dimensiones son mucho menores de las de otros complejos religiosos en esta lista, por lo que no hace falta dedicar muchas horas para una visita completa. Recuerda que el nivel de agua del lago no está siempre a la misma altura. Hay épocas del año en las que el efecto espejo no es tan espectacular como en la primavera.
Boudhanath
Es uno de los lugares más sagrados que podemos encontrar en Katmandú (Nepal) por lo que debía estar en nuestra lista. Se trata de una estupa esférica que, con su estructura, representa el Mandala. Lo que más nos llama la atención son los ojos de Buda que apuntan a los cuatro puntos cardinales desde lo más alto de la estupa. Es un lugar lleno de color y alegría, donde los habitantes locales se acercan con devoción, pero donde la presencia del turismo queda patente por las tiendas y comercios a su alrededor.
Wat Rong Khun
Este es el templo más moderno de esta lista, ya que data solamente de 1997, pero no por ello deja de ser un lugar interesante. Está ubicado en Chiang Rai (Tailandia) y todo él es blanco (que en el budismo representa la pureza) totalmente rodeado de cristales (material que representa la sabiduría de Buda).
A pesar de su construcción tan reciente, tiene un elemento que lo sitúa en la historia porque se dice que el puente que se ha de atravesar para llegar a él fue cruzado por el propio Buda cuando empezó a predicar su dogma.
Es recomendable visitarlo temprano por la mañana y dedicarle al menos un par de horas, ya que a medida que avanza el día se llena de turistas.
Hola, me ha encantado estos templos.
Qué edificios más bonitos. Entrar ahí tiene que ser espiritualmente mágico.
Precioso.