Gracias a la miniserie de HBO, se está volviendo a hablar mucho de Chernóbil. A continuación te explicamos lo que tienes que saber si visitas el sitio de la infame catástrofe de 1986.
El 26 de abril de 1986, en la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, se llevaron a cabo unas pruebas de seguridad rutinarias que salieron catastróficamente mal. Sin saber qué hacer, el gobierno soviético mantuvo el desastre en secreto tanto tiempo como pudo.
Una central nuclear sueca empezó a detectar altos niveles de radiación, y los occidentales pronto comenzaron a sospechar que algo no iba bien. Al principio, los suecos cerraron su central, ya que pensaron que el problema estaba en sus sistemas. Pero cuando las otras centrales de Suecia y de Europa también detectaron radiación, la gente empezó a sospechar que el desastre se había producido en la Unión Soviética.
Inicialmente, los ucranianos y bielorrusos subestimaron los peligros a los que se enfrentaban. La cosecha veraniega en Bielorrusia fue estupenda, y los manzanos rebosaban de frutos. Pero cuando el ejército fue a los pueblos a comprobar la radiación, descubrieron que la cosecha veraniega estaba completamente contaminada.
Se cuenta que los habitantes de las zonas rurales improvisaron métodos para mantenerse a salvo, como por ejemplo beber una botella de vodka antes de cosechar, o cubrirse de sacos al arrancar las patatas. Pero la trágica realidad es que hasta hoy la gente aún siente los efectos adversos del desastre.
Por supuesto, existen otros sitios donde ocurrieron desastres, como por ejemplo Fukushima, y otros lugares cercanos como Metsamor, en Armenia, donde un terremoto de una magnitud de 6,8 probó la seguridad de la central nuclear.
Pero no hay nada que capte tanto la imaginación del público como el desastre de Chernóbil, quizás porque ocurrió en la hermética URSS y, al principio, los medios occidentales exageraron con el número de muertos y la extensión de los daños.
Circularon rumores por Kiev que decían que el desastre había sido causado por un espía occidental.
Tras la exitosa serie de HBO Chernobyl, que intenta contar la verdadera historia del desastre, este lugar oscuro y desconcertante ha vuelto a recibir atención. Tanta, que los guionistas tuvieron que avisar a la gente de que no publicaran imágenes inapropiadas, ligeros de ropa, en un sitio donde murieron personas.
Las visitas a Chernóbil, que normalmente salen de Kiev, juegan con el suceso y pueden considerarse “turismo dark”, una rama del turismo especializada en lugares prohibidos o abandonados.
El morbo atrae a la gente a estos sitios, pero también el hecho de que desde el abandono, la población de lobos, osos, linces y bisontes ha incrementado de forma espectacular. En la actualidad hay más de 200 tipos de pájaros registrados en el lugar. Igual como en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur, el sitio se ha convertido en una especie de reserva natural.
Entonces, ¿cómo hay que prepararse para una visita a Chernóbil? Primero, debemos recordar que lugares como este merecen un respeto. Los efectos aún se pueden percibir en Ucrania y Bielorrusia, de hecho, este último país recibió una gran dosis de radiación por la dirección en la que sopló el viento.
Con la actitud adecuada y leyendo un poco antes de ir (te recomendamos el magnífico Voces de Chernóbil, de Svetlana Aleksiévich), visitar este lugar puede ser una experiencia fascinante e instructiva sobre los peligros que plantea la energía nuclear.
Visitar Chernóbil es seguro, pero no deberías lanzar bolas de nieve, consumir nada ni jugar con tierra. Básicamente, intenta tocar cuantas menos cosas mejor y vete cuando hayas acabado. La exposición a largo plazo es lo que realmente supone un peligro.
La mayoría de tours salen de Kiev y duran entre un y dos días, dependiendo de si eres lo suficientemente valiente para pasar la noche allí. Hay un montón de murales soviéticos, mosaicos e interesante arquitectura que contemplar. Y el interior de las salas permanece igual: la imagen de los libros viejos tirados por el suelo es bastante espeluznante.
Si tienes mucho miedo y quieres ir sobre seguro, ponte ropa vieja y tírala después de la visita. Pero no deberías tener ningún problema mientras hagas caso a los guías y sigas las instrucciones.
Chernóbil nos fascina no solo por el morbo que genera, sino porque su abandono nos ofrece una muestra de un mundo postapocalíptico.