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Visitar Venecia con niños

Visitar Venecia con niños

Venecia puede parecer un destino no del todo idílico para un viaje en familia, pero lo cierto es que hay muchas maneras de hacer que las vacaciones sean inolvidables tanto para los adultos como para los niños.

Venecia puede parecer un destino no del todo idílico para un viaje en familia, pero lo cierto es que hay muchas maneras de hacer que las vacaciones sean inolvidables tanto para los adultos como para los niños.

A simple vista, Venecia no es el tipo de destino que muchos elegirían para ir con niños de viaje: cientos de puentes que no son fáciles de cruzar con cochecitos, caminos angostos y misteriosos, un trazado en el que resultaría fácil (y hermoso) perderse y agua, agua por doquier.

Sin embargo, estas particularidades hacen que Venecia sea un lugar especial. No solo deja a los adultos boquiabiertos, sino también a los más pequeños, quienes se alegrarán al descubrir que tienen un parque infantil del tamaño de una ciudad a su disposición.


Venecia en góndola

Visitar Venecia con niños no solo es posible, sino que también puede suponer una experiencia divertida e inolvidable para toda la familia. Hay muchas actividades para escoger y puedes planificar comidas y descansos con anticipación. Eso sí, también hay que tener cuidado de que los más peques ¡no terminen nadando en el canal durante un paseo en góndola!


Canales de Venecia

Después de visitar la Basílica de San Marcos y el Palacio Ducal, es probable que a los niños se les vayan los ojos detrás de las palomas que habitan en la Plaza de San Marcos. Estas aves son tan famosas como el Campanario o el Puente de los Suspiros y, aunque está prohibido alimentarlas, los más pequeños se divertirán de lo lindo persiguiéndolas por la plaza.

Viajar con los niños a cuestas significa que, en lugar de largas y relajadas caminatas a tu ritmo, tendrás que hacer diversos descansos entre un punto de interés y otro. Como cada rincón de Venecia merece ser visto y cada minuto es precioso, recuerda planificar las excursiones para así detenerte en áreas aptas para tomar un respiro en cuanto los niños lo requieran. En este sentido, toma nota de cuatro parques: los Jardines Reales cerca de la Plaza de San Marcos; el Parque Savorgnan en el barrio de Cannaregio, dotado de columpios y senderos perfectos para jugar al escondite; los Jardines Papadopoli; y el Parque Biennale.

Como curiosidad, los niños venecianos salen de la escuela y se reúnen en Campo Santa Margherita o en Campo San Giacomo dell’Orio a las 16.00 horas cada día para hacer dibujos en el suelo con tizas de colores. Participar en esta actividad con los lugareños resultará muy divertido para los peques.


Campanario de San Marcos, Venecia

En cuanto a museos, Venecia tiene varios muy interesantes, si bien para los niños quizás no lo sean tanto. Para que no te quedes sin ver las obras maestras de Picasso, Magritte o De Chirico, súmate al Día de los Niños del Museo Peggy Guggenheim Collection que tiene lugar todos los domingos a partir de las 15.00 horas. Los talleres gratuitos y las actividades infantiles comienzan a las 16.30 horas con el objetivo de acercar a los niños de entre 4 y 10 años al arte contemporáneo y moderno. Por otra parte, los pequeños podrán dejar volar su imaginación entre los fósiles y restos de dinosaurios del Museo de Historia Natural.


Peggy Guggenheim Collection, Venecia

Otro sitio hecho para niños es, sin duda, la librería Acqua Alta, ubicada en la calle Longa Santa Maria Formosa. Esta antigua librería parece un mundo encantado donde las únicas reglas son aquellas que dicten la imaginación y la creatividad.

Por último, el vaporetto os permitirá llegar a las islas de Murano, Burano y Torcello con bastante rapidez. Las coloridas casas de Burano parecen sacadas de un cuento de hadas. Torcello es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Venecia, mientras que Murano es famoso por sus trabajos en cristal. Los niños quedarán encantados observando a los artesanos del vidrio dando vida a sus creaciones. Podrán comprobar frente a sus ojos cómo estos maestros del soplado de vidrio consiguen transformar la materia en increíbles piezas de cristal ¡como por arte de magia!


Isla de Burano, Venecia

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