Despedidas, bienvenidas, nervios, retrasos, emoción, esperas…. ¡cuánta carga emocional soportan los aeropuertos!
Como escenario de historias personales conmovedoras para dar y tomar, nos atrevemos a decir que los aeropuertos poseen un alto índice de concentración de lágrimas por metro cuadrado, ya sean acompañadas de un “te voy a echar de menos” como de un “por fin han llegado las vacaciones que llevaba esperando todo el año”.
¿Pero sabías que los aeropuertos esconden curiosidades que pocos conocen? Con el ajetreo típico de estos lugares, es frecuente que se nos escapen detalles de nuestro alrededor o que, con tantas emociones de por medio, no nos hayamos fijado en el lado más pragmático de un aeropuerto. A continuación, te contamos algunas curiosidades que seguro que no sabías sobre los aeropuertos.
1. No te van a ofrecer un upgrade tan fácilmente
Todos soñamos en que algún día, al llegar al mostrador correspondiente y hacer el check-in habiendo comprado un billete en clase turista, el miembro del personal que nos atiende nos diga: “Señorita, le ofrecemos un upgrade a clase business”. No es por aguar la fiesta, pero puedes seguir soñando, porque las probabilidades de que esto pase son muy escasas. Ni que vayas de punta en blanco, ni con una sonrisa de oreja a oreja y le hagas la pelota al empleado en cuestión, ni que conozcas a alguien de la tripulación. Hoy en día, solo los viajeros frecuentes de la aerolínea pueden optar a este lujo, y aun así es difícil.
2. Puedes saber cuánta cola hay en el control de seguridad antes de llegar
Existe una aplicación móvil llamada My TSA (¡gratuita!) que te permite ver a tiempo real la cola que hay para pasar el control de seguridad de los aeropuertos. Así, puedes calcular el tiempo que tienes que esperar y, en función de eso, darte más o menos prisa para llegar al aeropuerto. A parte de esto, en My TSA también puedes consultar la información del vuelo y las condiciones meteorológicas en tu destino, entre otros.
3. Solo un 3% de las maletas perdidas no se recuperan
O lo que es lo mismo, el 97% de las maletas perdidas acaban llegando tarde o temprano a manos de su propietario, según un estudio elaborado por la empresa de transporte aéreo SITA. Moraleja: si tu maleta se pierde, respira hondo y espera un par de días, es muy posible que en este lapso te la devuelvan. Además de indemnizarte, algunas aerolíneas te van a dar un kit de supervivencia para compensar las molestias.
4. La suma de dinero en monedas que dejan los pasajeros es sorprendente
A menudo, los pasajeros no recogen la calderilla que se sacan de los bolsillos para pasar el control de seguridad. Así, las monedas se van acumulando a modo de bote hasta llegar a cifras realmente increíbles. El aeropuerto JFK de Nueva York es el que recaudó más dinero en un año: ¡la friolera de 42.550 dólares! ¿Y qué hacen con ello? No te pienses que se lo pueden quedar los empleados… Se invierte en trabajos aeroportuarios.
5. Paseando por el aeropuerto recibes mensajes subliminales
El diseño de un aeropuerto está pensado para facilitar al máximo el tránsito de los pasajeros en un entorno desconocido. Es el llamado wayfinding, una colección de señales, formas, colores y luces que mandan mensajes subliminales al cerebro de las personas a medida que se van moviendo por el aeropuerto. ¿Un ejemplo? Poner los letreros de la Terminal 1 redondeados, y los de la Terminal 2 puntiagudos, lo que detectarás inconscientemente cuando sientas que vas en la dirección equivocada intentando encontrar tu puerta de embarque.
6. El tipo de cambio en un aeropuerto es de los peores
Está bien que haya oficinas de cambio en un aeropuerto, ya que siempre te puede sacar de un apuro si no has sido previsor con el tema de la divisa. Sin embargo, el tipo de cambio que te van a ofrecer ahí es bastante malo, así que ve dispuesto a perder una cantidad importante con la transacción. Resulta mucho mejor sacar dinero directamente de un cajero automático en tu destino.
7. Hacer el baggage drop-off de los últimos tiene sus ventajas
Los últimos serán los primeros: en el aeropuerto también funciona así. Hay muchas probabilidades de que si eres de los últimos pasajeros en depositar tu equipaje antes del vuelo, este salga primero por la cinta del aeropuerto de destino: ¡es un pequeño truco si tienes prisa o eres impaciente! Recuerda que al mostrador de baggage drop-off se acude habiendo hecho el check-in online con antelación. Es la mejor opción, ya que si eres de los últimos en hacer el check-in desde el aeropuerto puede ser que te encuentres con overbooking o que no puedas elegir asiento.
8. La letra X en los códigos de los aeropuertos no tiene ningún significado
¿Eres de los que se sabe los códigos de los aeropuertos de memoria? Entonces seguro que te sonará LAX y PHX, por ejemplo. Y te preguntarás… ¿qué hace una X al final del código del aeropuerto de Los Ángeles y Portland? Nada, no hace nada. Simplemente se añadió cuando, en los años 40, los códigos pasaron de tener dos a tres letras.
9. El producto más vendido de los aeropuertos es el agua
De todos es sabido que volar deshidrata. Ergo, no sorprende que el producto más vendido en los aeropuertos de todo el mundo sea el agua. Eso sí, ¡la vas a pagar a precio de oro! Por suerte, muchos aeropuertos ya cuentan con fuentes de agua potable, así un recurso más sostenible y económico es llevar una botella de casa e irla rellenando.
10. La oferta de entretenimiento en algunos aeropuertos es extraordinaria
¿Sabías que en el aeropuerto internacional de Hong Kong hay un campo de golf? ¿Y que en el de San Francisco hay una sala de yoga? ¿Y que el Schiphol de Ámsterdam cuenta con un anexo del Rijksmuseum con obras maestras de artistas holandeses? Como ves, los aeropuertos ya no son lugares de espera aburridos, además de la parte comercial cada vez encontramos un abanico más amplio de oferta de entretenimiento para que las escalas se te pasen “volando”.