Musement da la vuelta al mundo en busca de 15 de las esculturas más famosas del mundo.
Después de conocer 10 de las mejores obras de arte del mundo, las pinturas más escalofriantes y las 10 obras que no puedes perderte en el Paseo del Arte; ahora llega el turno de la escultura.
Desde París a Tokio, pasando por Nueva York y Río, Musement comparte 15 de las esculturas más famosas del mundo que vale la pena contemplar al menos una vez en la vida.
1. David
Es un símbolo de Florencia que ensalza las virtudes cívicas de la República Florentina y a la vez una indiscutible obra maestra del Renacimiento: el David de Miguel Ángel, representado antes de su batalla contra Goliat, se puede ver en la Galería de la Academia.
2. Apolo y Dafne
Dentro de la Galería Borghese de Roma hay una obra maestra del Barroco: Apolo y Dafne de Bernini. La escultura representa la metamorfosis de Dafne de ninfa a árbol de laurel por su padre, Zeus, para escapar de los incesantes acercamientos de Apolo.
3. El rapto de Proserpina
Esta escultura, otro imprescindible de la Galería Borghese, fue creada por las mismas manos que Apolo y Dafne y representa la abducción de Proserpina por parte de Plutón, el dios del infierno. La impactante manera en la que las manos de Plutón se hunden en el cuerpo de Proserpina seguro que te pone la piel de gallina.
4. La gran esfinge de Giza
La icónica esfinge se encuentra cerca de las pirámides de Giza, a las afueras del Cairo, con su cabeza de faraón mirando al sol naciente.
5. El pensador
Esta escultura, hecha en bronce, es la más famosa de Rodin, y puede contemplarse en el museo del mismo nombre en París. Los impresionantes músculos desnudos irradian un cierto poder, y el cuerpo, acurrucado como un signo de interrogación gigante, demuestra una fragilidad genuina.
6. Cristo Redentor
Entre los símbolos del cristianismo más grandes del mundo, esta monumental estatua del Cristo Redentor preside el cerro Corcovado sobre Río de Janeiro.
7. Manneken Pis
En la esquina de rue du Chêne y rue de l’Étuve (calles del Roble y de la Sala de Vapor) hay una fuente denominada Manneken Pis, un descarado niño de poco más de medio metro que es un icono de Bruselas. Los habitantes de la ciudad personalizan su atuendo para las grandes ocasiones. La estatua original se guarda en el Museo de la Ciudad de Bruselas.
8. Los Moái
Estos misteriosos gigantes de la Isla de Pascua erguidos con la espalda mirando al mar nunca dejan de fascinar.
9. Afrodita (Venus de Milo)
Descubierta en 1820 en la isla de Milo, esta diosa griega mutilada, de más de 180 cm de belleza cautivadora y misteriosa, se encuentra en el Louvre.
10. Victoria alada de Samotracia
Otra escultura griega del periodo helenístico en el Louvre, la Victoria alada de Samotracia es tan famosa y misteriosa como la Venus de Milo.
11. Estatua de la libertad
Ubicada en la Isla de la Libertad, la Estatua de la libertad de Nueva York no necesita presentaciones.
12. La sirenita
Inspirada por el cuento de Andersen y representando la conexión de Dinamarca con el mar, la estatua de La sirenita de Edvard Eriksen está emplazada en el paseo marítimo de Copenhagen.
13. Piedad
Una Virgen María especialmente joven llorando, un símbolo de pureza, abrazando a un joven Jesús en su regazo, presagiando su muerte: es la Piedad de Miguel Ángel. Esta gran obra del Renacimiento está situada entre otros tesoros vaticanos dentro de la basílica de San Pedro.
14. Loba capitulina (o Luperca)
¿Sabías que esta escultura de la Edad Media no incluyó a Rómulo y a Remo hasta el Renacimiento? La Loba Capitulina se ha convertido en mater romanorum y representa la leyenda de la fundación de Roma. La puedes contemplar en los Museos Capitolinos de Roma.
15. Mamá
Bueno, a lo mejor no es una de las esculturas más famosas del mundo pero queremos acabar el artículo con un pequeño guiño. Se lo dedicamos a todos los fans de Stranger Things. Maman (mamá en francés), una importante obra de Louise Bourgeois, ahora mismo está expuesta en el Museo Guggenheim de Bilbao. La araña también estuvo en el Tate Modern de Londres (que la comisionó) y en el Museo de Bellas Artes de Ottawa antes de viajar al Museo Mori de Tokio.