Nos adentramos en un viaje a través de la historia del arte en España con los pintores más reconocidos y sus obras emblemáticas.
Desde la técnica del «papier collé» de Juan Gris, hasta las obras de temática religiosa de Zurbarán o los enigmáticos cuadros de Dalí, he aquí 10 pintores españoles que con sus obras han dejado huella en la historia del arte en España.
1. El Greco (1541-1614)
El pintor de origen griego vivió en Creta hasta los 26 años, pero desarrolló la mayor parte de su carrera artística en España, de ahí que no pueda faltar en nuestro recopilatorio. Antes de mudarse a nuestro país vivió varios años en Italia, donde se relacionó con los grandes pintores renacentistas de la época. Aunque desarrolló un estilo propio, su formación estuvo marcada inicialmente por el estilo bizantino, y posteriormente por el renacentismo y el manierismo. A su llegada a Toledo, el artista creó alguno de sus trabajos más reconocidos, muchos de ellos de temática religiosa. Entre sus obras más aclamadas destacan El entierro del conde de Orgaz para la iglesia de Santo Tomé de Toledo, El caballero de la mano en el pecho (Museo del Prado) y Laocoonte (Galería Nacional de Arte de Washington).
2. Francisco de Zurbarán (1598-1664)
Este pintor del Siglo de Oro español nació en Badajoz, aunque más tarde se instaló en Sevilla, ciudad en la que recibió numerosos encargos tanto de familias nobles como de grandes conventos. Las pinturas de Zurbarán son principalmente de temática religiosa y, aunque en sus inicios sus obras se asociaron con el tenebrismo, a lo largo de los años fue desarrollando su propio estilo. Al artista nunca le faltaron los encargos; en 1636 fue contratado por el rey para colaborar en la decoración del palacio del Buen Retiro y a partir de esa fecha sus obras se exportaron incluso a América del Sur. Entre sus trabajos más representativos se encuentran San Serapio (Wadsworth Atheneum en Hartford), Cristo en la cruz (Instituto de Arte de Chicago) y San Hugo en el refectorio de los Cartujos (Museo de Bellas Artes de Sevilla).
3. Diego Velázquez (1599-1660)
El pintor barroco es considerado uno de los mejores pintores españoles de todos los tiempos, tanto es así que Manet llegó a referirse a él como “el pintor de los pintores”. Velázquez se formó en el taller de Francisco Pacheco en Sevilla y su gran talento quedó patente a una tempranisima edad. De hecho, pintó El almuerzo (Museo del Hermitage) y la Vieja friendo huevos (Galería Nacional de Escocia) poco después de alcanzar la mayoría de edad. El uso del claroscuro en sus primeros trabajos recuerdan a Caravaggio, y durante esta época la temática de sus obras se centró en temas religiosos, aunque sus bodegones también tuvieron una gran influencia en los artistas de la época. Más adelante, se convirtió en pintor de la corte, donde se labró una carrera artística inmejorable. Durante este período realizó un gran número de retratos de la familia real, siendo Las Meninas (Museo del Prado) una de sus creaciones más reconocidas. Además de los retratos y los temas religiosos, no faltan en su repertorio las composiciones mitológicas, como El triunfo del Baco (Museo del Prado).
4. Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682)
Murillo nació en Sevilla en 1617 en el seno de una familia numerosa (era el menor de 14 hermanos). Tras quedarse huérfano con tan solo 9 años, quedó bajo la tutela de una de sus tías. Aunque no existe demasiada información sobre sus inicios en el mundo del arte, parece bastante probable que su formación académica se haya forjado en el taller de Juan del Castillo. Su primer encargo importante fue una serie de lienzos para el convento de San Francisco, entre los que se encuentra La cocina de los Ángeles, que actualmente se expone en el Museo del Louvre. A lo largo de su carrera, el artista abordó en profundidad temas religiosos y recibió importantes encargos para el monasterio de San Agustín, Santa María la Blanca o el Hospital de la Caridad. Entre las obras más destacadas del pintor barroco, cabe mencionar Niño espulgándose (Museo del Louvre), Muchacho con un perro (Museo del Hermitage) y Sagrada Familia del pajarito (Museo del Prado).
5. Francisco de Goya (1746-1828)
Francisco de Goya es considerado uno de los artistas más relevantes de España y su huella en la historia del arte es innegable. Pintor y grabador, fue un precursor de los movimientos pictóricos del siglo XX y, durante su carrera, interpretó a su manera los diferentes estilos de la época, desde el rococó, al neoclasicismo o el prerromanticismo. A los 13 años comenzó su formación artística en la Academia de Dibujo de Zaragoza, pero tardó años en progresar en el mundo del arte. Su viaje a Italia en 1770 fue un punto de inflexión, ya que le permitió ver y estudiar la obra de los grandes artistas de la época. A su regreso a Zaragoza comenzó a recibir muchos más encargos y, años después, se mudó a Madrid para realizar cartones para tapices en la corte real. Su fama fue creciendo y en la década de 1780 se convirtió en el retratista de moda de la alta sociedad madrileña. Nueve años después, el rey Carlos IV lo nombró pintor de la cámara del rey. Durante su larga carrera, ni la grave enfermedad que le ocasionó la pérdida auditiva, afectó a su creatividad. El artista es reconocido por sus obras de temática religiosa, sus retratos y, por supuesto, también por las pinturas en las que inmortaliza momentos históricos. Algunas de sus obras más emblemáticas son El 3 de mayo en Madrid, Saturno devorando a su hijo y La maja desnuda, que en la actualidad se exponen en el Museo del Prado.
6. Joaquín Sorolla (1863-1923)
El pintor valenciano descubrió su amor por el arte cuando era un niño. Tras finalizar su formación en la Escuela de Artesanos de Valencia, presentó sus obras a varios concursos provinciales, aunque pasó desapercibido hasta que consiguió su primera medalla en la Exposición Regional de Valencia de 1883. Tras un viaje a Roma quedó prendado del arte clásico y renacentista y, poco después, mientras visitaba París, descubrió el impresionismo. Con su trabajo alcanzó el reconocimiento no solo en España, sino también en el resto de Europa e incluso en América. El artista prefería pintar al aire libre y sus obras se caracterizan por el uso magistral de la luz. Buena parte de sus trabajos representan escenas cotidianas y paisajes, en las que el Mediterráneo es el protagonista, aunque su faceta como retratista también es importante. Durante su carrera artística creó más de 2200 obras, a menudo etiquetadas como impresionistas o luministas. Algunos de sus trabajos más reconocidos son Paseo a orillas del mar en el Museo Sorolla, Cosiendo la vela y Chicos en la playa (1910) en el Museo del Prado.
7. Pablo Picasso (1881-1973)
El pintor y escultor malagueño es uno de los fundadores del cubismo y sus obras se encuentran repartidas por todo el mundo. Sus dotes artísticas quedaron patentes cuando era tan solo un niño; con 8 años creó su primera pintura al óleo, y con 13, hizo su primera exposición en A Coruña, ciudad a la que se había mudado con su familia. Tras estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y en la Escuela de la Lonja, Picasso pasó una temporada en París, donde se relacionó con los artistas de los barrios de Montmartre y Montparnasse. Además de París, Málaga, A Coruña, Barcelona y Madrid fueron ciudades importantes en la vida del artista. Durante su larga carrera, Picasso jugó un papel fundamental en la historia del arte en todas sus etapas creativas (período azul, rosa, cubismo, etc.). Algunas de sus obras más representativas son Guernica (Museo Reina Sofía), Las señoritas de Avignon (MoMa) y La mujer que llora (Tate Modern).
8. Juan Gris (1887-1927)
El pintor e ilustrador José Victoriano González-Pérez nació en Madrid pero, tras mudarse a París a una edad temprana, se instaló en Montmartre. Allí es donde creó la mayor parte de sus obras. Inicialmente trabajó como ilustrador para diferentes publicaciones hasta que, en 1910, dio el salto a la pintura. Juan Gris es uno de los máximos exponentes del cubismo, y su mayor aportación a este movimiento artístico fue la técnica del «papier collé», que consiste en utilizar recortes de papel o cartón que se combinan con el óleo sobre el lienzo. Algunas de sus obras más reconocidas son Retrato de Picasso (Instituto de Arte de Chicago) y La ventana abierta (Museo Reina Sofía).
9. Joan Miró (1893-1983)
Pintor, escultor, grabador y ceramista, Joan Miró es uno de los máximos representantes del surrealismo en España. Aunque en sus inicios su estilo era más «detallista», tras mudarse a París, el artista se centró en el subconsciente y el mundo onírico, por lo que sus trabajos se hicieron más abstractos y, en cierto modo, más «infantiles», priorizando las formas simples y los colores primarios. A su regreso a España, se instaló en Palma y comenzó a trabajar la cerámica y la escultura. Entres sus trabajos más reconocidos destacan El carnaval del arlequín (Albright-Knox Art Gallery, Buffalo), La masía (Galería Nacional de Arte, Washington D. C.) y Dona i ocell (Parque de Joan Miró en Barcelona).
10. Salvador Dalí (1904-1989)
Este artista polifacético (pintor, escultor, grabador y escritor) es uno de los máximos exponentes del surrealismo. Tras pasar sus primeros años en su Figueras natal, se mudó a Madrid para cursar sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes, aunque fue expulsado antes de realizar los exámenes finales. Durante su época académica se relacionó con Federico García Lorca y Luis Buñuel. Posteriormente se instaló en París, donde conoció a Picasso, al que admiraba profundamente, y a Joan Miró. Allí se unió al grupo surrealista de André Breton, aunque años después fue expulsado del mismo. A finales de los años 20 inventó el método paranoico-crítico, que tuvo una gran influencia en otros artistas contemporáneos. En esa época conoce también a Gala, su musa y futura esposa, y rompe la relación con su padre. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el artista y su musa se mudaron a Nueva York, aunque sus últimos años los pasó en Cataluña. Entre sus obras más emblemáticas destacan La persistencia de la memoria (MoMa), Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (Museo Thyssen-Bornemisza) y El gran masturbador (Museo Reina Sofía).
Crédito imagen de portada: Imagen de WikiImages en Pixabay
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Muy hermosos….es el arte al desnudo.
Todas las obras presentadas son maravillosas