El faláfel, el humus, el baklava… la gastronomía de Oriente Medio es, sin duda, una de las más apreciadas del mundo. Musement te trae diez platos típicos de la cocina árabe que has de probar sí o sí.
Colorida, aromática y muy variada, así es la comida en Oriente Medio. Descubre 10 especialidades imperdibles (y deliciosas) que conquistarán tu paladar.
1. Humus
Con pan de pita tostado, acompañado de verduras crudas o solo, el humus está riquísimo lo comas como lo comas. ¡Y es muy saludable! Además, este cremoso puré de garbanzos rico en proteínas vegetales, fibra y hierro, se adapta perfectamente a las dietas vegetarianas o veganas.
Al igual que el humus, las berenjenas asadas del baba ganoush se aderezan con ajo, limón, aceite de oliva y tahini, según la tradición culinaria de Oriente Medio.
El baba ganoush también puede llevar yogur y, en algunos países, se conoce como mutabal.
Ligera, refrescante y colorida, el tabulé o tabbouleh, es la reina de las ensaladas de Oriente Medio. Este plato, originario de Líbano y Siria, se prepara con perejil, trigo bulgur, tomate y menta y se adereza con limón y aceite.
Muchos platos de la cocina de Oriente Medio y de la gastronomía árabe, se adaptan muy bien a las dietas vegetarianas y, de hecho, uno de los platos vegetarianos más populares son los faláfeles. Crujientes por fuera y esponjosos por dentro, estas pequeñas croquetas de garbanzos hacen que nos derritamos de placer. La variante egipcia se llama tamiya, y se prepara con habas en vez de garbanzos.
Extremadamente popular en Israel a la hora del desayuno, el chakchouka es un plato originario de Magreb que hoy en día triunfa en muchos países de Oriente Medio. Los huevos escalfados se sirven en una sartén hirviendo con tomates, cebollas, chiles o pimientos. Es un plato ideal para compartir y el pan de pita es el acompañamiento ideal.
Los kibbehs son una especie de albóndigas alargadas hechas con carne picada, cebolla, bulgur y especias, y suelen servirse acompañadas de una salsa de yogur. ¡Deliciosas!
Hablando de yogur, no podíamos terminar este recopilatorio sin incluir el labneh. Se trata de leche cruda fermentada (tradicionalmente de cabra o de oveja), cuya consistencia está a medio camino entre el yogur y el queso. Suele servirse como parte del desayuno o de un mezze tradicional, y está riquísimo cuando se condimenta con aceite de oliva y tomillo o menta.
¡Pasemos a los postres! Popular en todo el mundo, parece que este crujiente y delicioso dulce se originó durante el Imperio Otomano. Existen muchas versiones de baklava (de almendras o pistachos, bañado en jarabe de miel o almíbar…) y la receta varía de región en región.
¿Has probado alguna vez el Halawet el Jibn? Es un dulce de origen sirio, originario de la ciudad de Hama y que hoy en día también es muy popular en Líbano y Turquía. Se trata de pequeños rollos elaborados con una pasta de sémola y queso (que se parece mucho a la mozzarella) y rellenos de crema cuajada. Este postre combina los sabores más preciados de los dulces orientales: agua de rosas, agua de azahar y pistachos triturados.
La crema aromatizada con agua de rosas y azahar que lleva el Halawet el Jibn, también se utiliza para rellenar otro postre típico de todo el Levante: el atayef. Se trata de una especie de tortita o panqueque, doblado en forma de cono, relleno de crema y cubierto con pistachos triturados… ¡una auténtica delicia!